Los supervivientes del devastador seísmo del 12 de mayo no descansan, con momentos de pánico como el de ayer, cuando se produjo una réplica de 6,4 grados de magnitud, mientras 69 presas amenazan con inundar las poblaciones derruidas del epicentro.
La réplica, la de mayor potencia en 14 días, sacudió el distrito de Qingchuan, al noreste de la devastada Beichuan y en la frontera con la provincia de Gansu, según los datos facilitados por la Red Sísmica Nacional de China, y se pudo sentir hasta en Pekín. Escenas de pánico se han vivido en la ciudad de Mianyang, una de las más golpeadas por el terremoto de hace dos semanas, que hasta ayer ha dejado más de 86.000 muertos y desaparecidos.
Con un total de 62.664 muertos, 23.775 desaparecidos y 358.816 heridos reconocidos por las autoridades locales, el terremoto se ha convertido en un trauma nacional que ha ensombrecido por completo los preparativos para los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto.
La réplica, de un minuto de duración, viene a añadir más tensión a los 14,4 millones de evacuados, de los que 5 millones sin techo están durmiendo al raso desde hace catorce días e intentan superar el dolor de haber perdido a familiares y todo lo que tenían, con 15 millones de viviendas derruidas en la provincia y alrededores.
Rescatado un anciano.En medio de todo el dolor todavía se producen milagros. Los equipos de rescate lograron recuperar a Xiao Zhihu, un anciano inválido de 80 años que fue rescatado vivo 226 horas después del desastre en la ciudad de Mianzhu.
Aunque el Gobierno chino ha mostrado una rapidez de reacción ante el desastre y una transparencia informativa inusitada, los afectados están pidiendo responsabilidades al sector de la construcción, el más corrupto del país, por el desplome de escuelas que han matado a cerca de 8.000 niños en un fenómeno que se conoce ya como "edificios tofu", mientras que los alimentos tardan en llegar a algunas localidades.