Existen muchos perfectos desconocidos con quienes nos encontramos cada vez que paseamos por Sevilla porque todos ellos han sido honrados con una calle de primera importancia: Puente y Pellón, Pagés del Corro, Federico Sánchez Bedoya, García de Vinuesa, el Marqués de Paradas, Muñoz y Pabón, Filpo Rojas, Mateos Gago, Antonia Díaz, Muñoz Olivé, Martín Villa, Aniceto Saenz, Pastor y Landero, Gamazo... También hay grandes personajes con calles minúsculas o en el extrarradio, como Olavide, Jovellanos, Almutamid y Blanco White y, por último están quienes no han sido honrados con reconocimiento alguno, como Antonio Machado Núñez.
Antonio Machado Núñez fue dirigente en Sevilla en la I República y Rector de la Universidad; A su hijo, Demófilo, le pusieron hace poco una calle en Sevilla Este y a su nieto Antonio en el Tardón. El abuelo por no tener, ni siquiera tiene su retrato en la galería de rectores. Ahora parece que le sucederá algo parecido a Felipe González. Eso pasa por dedicarse a introducir los estudios científicos en las aulas o por presidir gobiernos que incorporaron España a Europa, impulsaron la Expo'92 o decidieron que la Alta Velocidad española comenzara por Sevilla. Eso les pasa por dedicarse a eso y no a pedir que a los lemas de la ciudad se le añadiera el de "mariana", a predicar la oración fúnebre de Joselito el Gallo y a asuntos de similar importancia.
Antonio Zoido es escritor e historiador