Rescatan los proyectos de tres colegios para Tomares, Alcalá del Río y Utrera

El montante, de 356.000 euros, corresponde a un convenio suscrito en 2010 entre la Diputación y la Junta de Andalucía para mejorar infraestructuras escolares. La aprobación de estas partidas tendrá lugar en el Pleno provincial de noviembre.

Los alumnos de la barriada de La Mulata de Utrera se encuentran actualmente recibiendo su formación en caracolas. / S.C. Los alumnos de la barriada de La Mulata de Utrera se encuentran actualmente recibiendo su formación en caracolas. / S.C. Por Salvador Criado / Alba Poveda La Diputación de Sevilla anunciaba este miércoles la inversión de 356.000 euros en la redacción de tres proyectos que redundarán en positivo para las comunidades escolares de los municipios de Utrera, Tomares y Alcalá del Río. Una noticia que, pese a la alegría de la administración provincial, pilló de sorpresa a los citados ayuntamientos, ya que se enteraron por los medios de comunicación. Estas inversiones son los últimos coletazos del convenio suscrito en 2010 entre la Consejería de Educación, Cultura y Deporte y la Diputación, que destinaba 15 millones de euros –de los fondos de la institución merced a las «prioridades» que marcase la administración autonómica– para la mejora de las infraestructuras educativas. En concreto, el montante que ahora se destina a estos proyectos proviene del sobrante de ese convenio gracias a las bajas en las licitaciones promovidas merced al convenio, cuantificados en 356.000 euros por el portavoz de la Diputación, ManuelDomínguez. El trabajo que plantea ahora Diputación es la redacción de proyectos técnicos que definirán la construcción del nuevo colegio de Infantil y Primaria de La Mulata, en Utrera, donde la comunidad educativa demanda insistentemente este nuevo edificio, y de un nuevo centro en Tomares. Además, se contempla la «adaptación» a las normativas del proyecto de ejecución, ya existente, a un nuevo colegio de Alcalá del Río. En esa línea, la Diputación tenía desde hace tiempo la cuantía, pero dependía de que Educación fijara prioridades y se decantara, como ha hecho, por estos municipios. Las nuevas inversiones de este convenio parecen no convencer a los ayuntamientos hasta que los proyectos no estén materializados. En este sentido, el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez (PA), recordó ayer que, pese a no ser competencia municipal, le ofreció al delegado provincial de Educación, Francisco Díaz Morillo, elaborar el proyecto, algo que supeditó a que el representante de la Junta pusiera sobre la mesa una fecha para la ejecución de las obras. «Él fue incapaz de darme ese compromiso, por lo que esto es una maniobra electoralista». Además, manifestó el «incumplimiento de las obligaciones que la Junta tiene con Utrera, que está continuamente echando balones fuera. Desde el año 2002 está recogida la construcción de un colegio en torno a la barriada La Mulata, como aparece en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), sin que haya hecho absolutamente nada pese a ser su obligación». Por tanto, Jiménez considera que este anuncio pretende «acallar a los padres, que vienen movilizándose para reclamar lo que es de justicia». Y califica de «insulto» el anuncio, ya que «la Junta lo que tiene que hacer es fijar la fecha para estas obras, ya que el proyecto es simplemente un papel». Un proyecto del que, pese al desconocimiento anunciado por el alcalde, sí fue avanzado hace días por el portavoz socialista –y candidato a la alcaldía–, José María Villalobos. Una reacción parecida a la del alcalde de Utrera tuvo la concejal de Educación del Ayuntamiento de Tomares, Cristina Jiménez, que insistió en que el Consistorio «lleva tres años cediendo de forma gratuita terrenos para construir un nuevo centro –necesario, ya que todos los colegios están saturados–, al que la Junta no da respuesta». Al igual que en Utrera, tomó la iniciativa de realizar con sus arquitectos el proyecto de un centro que daría desahogaría las clases de los centros existentes. En cuanto al anuncio de la inversión, prefirió no emitir juicio hasta que no haya comunicación oficial.

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