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Rescatar el suelo de Altadis

El próximo 31 de diciembre, Altadis cerrará la fábrica de tabaco más antigua del mundo, acabando así con 387 años de tradición cigarrera de Sevilla. La caída en el consumo de cigarrillos negros -los que se venían fabricando en la factoría de Los Remedios- es el argumento esgrimido por la empresa para echar el cierre después de negociar bajas incentivadas con los casi 200 empleados.

el 14 sep 2009 / 21:17 h.

El próximo 31 de diciembre, Altadis cerrará la fábrica de tabaco más antigua del mundo, acabando así con 387 años de tradición cigarrera de Sevilla. La caída en el consumo de cigarrillos negros -los que se venían fabricando en la factoría de Los Remedios- es el argumento esgrimido por la empresa para echar el cierre después de negociar bajas incentivadas con los casi 200 empleados, que consiguieron, gracias a sus movilizaciones, retrasar tres años el cerrojazo y arrancar el compromiso de concentrar en Sevilla sus actividades logísticas. Pero las promesas se han esfumado y Altadis echará el telón del mito de Carmen después de haber intentado negociar plusvalías para el valioso terreno que deja en Los Remedios. El Ayuntamiento, sin embargo, ha bloqueado la operación bajo la máxima de que la recalificación debe ir vinculada al mantenimiento de la actividad industrial, como ha ocurrido con los traslados de Cruzcampo y Abengoa. Así las cosas, Altadis pretende vender la fábrica a empresas privadas que utilicen el suelo para alguna actividad industrial singular. No merece más una multinacional que se va por la puerta de atrás, obviando la perspectiva histórica y social de la relación del tabaco con Sevilla. Es imposible borrar de un plumazo tantos años. Por eso, Altadis está perdiendo la oportunidad histórica de promover un museo del tabaco en Sevilla. Un lugar de referencia, con perspectiva y prestigio social, que evidencie la sensibilidad de la antigua tabacalera con la ciudad en la que se inició la producción y comercialización de la hoja de tabaco del nuevo mundo. Altadis debió ser más sensible, con los trabajadores y la tradición. En dos semanas se irá de Sevilla, pero con ese suelo aún puede rescatar la dignidad de las cigarreras por más que colisione con la frialdad de su cuenta de resultados. Siempre será mejor que dilapidar de un plumazo una herencia de siglos.

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