El PSOE de Andalucía ha votado de manera unánime a José Antonio Griñán como su nuevo secretario general. El sustituto de Chaves ha logrado un respaldo total de todas las delegaciones del partido y ha conseguido un 99,8% de los votos de los compromisarios, superando incluso los mejores datos logrados por su antecesor en el cargo.
A las 20.30 horas Griñán quedó proclamado en el cargo y a esa hora se pudo hacer la foto más deseada del día, que se había resistido a lo largo de la primera jornada del Congreso Regional del PSOE: el abrazo entre José Antonio Griñán y Manuel Chaves, que simbolizaba la cesión del testigo.
Según fuentes del partido, de los 498 votos emitidos, 497 fueron para José Antonio Griñán y sólo se registró uno en blanco, posiblemente el del propio Griñán.
En 1994 Chaves había logrado un 64% y en el 97, un 90%. Tres años después recibió un apoyo del 79,2 % y en 2004, un 99,6%. En el último congreso, celebrado en 2008, el apoyo se simbolizó en un 97% de los votos.
Poco antes de obtener el 99,8% de los votos a su candidatura a la secretaría general del PSOE-A, y más nervioso que nunca, como se confesó nada más subir a la tribuna, José Antonio Griñán se dirigió hacia sus compañeros de filas para pedirles su confianza como próximo líder del PSOE andaluz y plagó su intervención de una palabra: cambio. En dos horas se proclamará secretario general del partido y relevará en el cargo a Manuel Chaves, al que dedicó palabras palabras de cariño. "Manolo es mi amigo y basta. Es el que ha llevado al partido a la victoria y el que forjó la unidad", dijo. Griñán aseguró que aún no da"nada por sentado" y reclamó a los socialistas un apoyo "crítico y responsable".
De su intervención se vislumbraron las claves de la nueva dirección socialista que deberá cerrarse esta noche, tras una intensa negociación entre los secretarios provinciales y el recién elegido líder. El presidente de la Junta quiere una ejecutiva socialista que "cuente con todos", con "muchas voces y buena organización". Habrá recorte de puestos, que se centrarán en cuatro grandes áreas y que ocuparán políticos a los que les reclamará dedicación casi exclusiva. No todos podrán estar en su equipo, pero quiso dejar claro que en el partido "no sobra nadie" y que hay que buscar el "equilibrio", que no es "reparto" de sillones. "El reparto es disuasorio y excluyente", sostuvo. Griñán incidió en que a la hora de elegir debe primar el "mérito y la capacidad". El mensaje lo lanzó poco antes de comenzar la negociación con los dirigentes provinciales y siendo consciente de que encajar las piezas en el partido no será una tarea fácil. Por eso exigió "unidad y cohesión" a los suyos, sobre todo en momentos "difíciles" de desapego de los ciudadanos hacia la política y cuando las encuestas sitúan al PSOE-A en su horas más complicadas. "El camino que os propongo no es cómodo", reconoció.
El mensaje del cambio, de hacer las cosas distintas a como hasta ahora, coincide con el que mantiene desde su investidura, hace casi un año. Griñán apostó por situar la educación como el pilar de todas las políticas y por conquistar a los jóvenes, el mayor aval que tiene Andalucía. Quiere un relevo generacional pero sin arrinconar a los mayores. Pero está convencido de que para "enamorar a Andalucía" hace falta que el partido transmita mejor sus mensajes, sea capaz de "conectar" con la gente.
La superación de la crisis, que mencionó casi al final de su discurso, será -incidió- el objetivo de las políticas socialista, "más necesarias que nunca". Griñán dedicó buena parte de su alocución a arremeter contra el PP, una "derecha que ensucia el debate político" y que sólo busca "fijar sus votos".
