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Ricardi está libre tras 13 años preso por un delito que no cometió

Rafael Ricardi salió ayer de la cárcel de Topas (Salamanca) dejando atrás 13 años de prisión por un delito de violación que, según las últimas pruebas de ADN, no cometió. Su estado de ansiedad sólo le permitió transmitir a las puertas de este recinto penitenciario que estaba "muy nervioso". Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 08:40 h.

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Rafael Ricardi salió ayer de la cárcel de Topas (Salamanca) dejando atrás 13 años de prisión por un delito de violación que, según las últimas pruebas de ADN, no cometió. Su estado de ansiedad sólo le permitió transmitir a las puertas de este recinto penitenciario que estaba "muy nervioso" para explicar su experiencia.

El portuense ha estado esperando diez días desde que se anunció por parte de la Fiscalía que pediría su excarcelación de forma inminente, puesto que hasta última hora los trámites se estuvieron demorando. Aunque podía haber salido el jueves por la tarde, se solicitó finalmente un documento que acreditara que su hija Macarena estaba dispuesta a acogerlo. "Está alucinado, nervioso y deseando ver a su familia", explicó en su nombre su abogada, Antonia Alba, de Pro Derechos Humanos.

En la puerta de la prisión le esperaban la letrada y un amigo de la familia. Sobre las 15.20 de la tarde, cuando por fin se produjo su salida, los tres se montaron en un coche en el que se desplazaron hasta El Puerto, su localidad natal, donde ha estado este mismo mes pero en condiciones muy diferentes. Rafael Ricardi fue trasladado a Puerto III para declarar de nuevo ante el juzgado y, curiosamente, regresó a la cárcel de Topas sólo un día antes de que la Fiscalía anunciara su intención de pedir el tercer grado y la libertad condicional de la que ya disfruta desde ayer.

Ahora es el Tribunal Supremo el que debe revisar la sentencia que le condenó en 1996 a 36 años de prisión. Después de esta resolución, Ricardi, según aseguraron ayer fuentes de su entorno, pedirá una indemnización. La abogada quiso ser prudente y señaló que tomarán las medidas que a medida que avance este procedimiento vayan considerando oportunas.

De momento, su prioridad será el próximo lunes llevarlo al médico, al psicólogo y al psiquiatra para que le hagan las pruebas pertinentes. "Tiene que adaptarse a estos 13 años sin estar en la realidad. Ha vivido una realidad distinta y tiene su vida parada desde que entró", explicó. Ricardi espera comenzar en El Puerto una nueva vida pero antes tiene que superar su pasado en la cárcel de Topas. El director de esta prisión, Ignacio Bermúdez, lo definió como "un interno de comportamiento normal, integrado plenamente y que no ha causado problemas".

La letrada expresó su deseo de esperar ahora a que sea el Tribunal Supremo el que revoque la condena de 36 años que en su día se le impuso a su patrocinado como autor de una violación ocurrida en 1995 que no cometió. Una deficiencia visual -sufre estrabismo- que padece fue la que llevó a la víctima a identificarle como su agresor, si bien esta misma peculiaridad es la que presenta un hombre detenido en junio de 2007, Fernando Plaza, cuyo ADN apareció vinculado a dicho delito y a quien se atribuye ahora la violación.

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