El guardameta portugués Ricardo ya no pertenece al Betis. Esta mañana ha firmado la rescisión de su contrato a cambio de perdonar todo lo que el club verdiblanco debía pagarle de aquí a la conclusión de su contrato, gesto que el vicepresidente, José Antonio Bosch, le agradece. "Ha sido tremendamente generoso", dijo. En cuanto al futbolista, reconoció que se trata del "día más triste" de su carrera deportiva. "Nunca había pasado por momentos tan difíciles. No he visto una afición igual en mi vida", admitió el luso, que lamentó no haber triunfado "en este club, con lo grande que es", y añadió que "el Betis tiene a un aficionado más". "Espero estar aquí en junio para celebrar el ascenso", anunció.
Ricardo llegó al Betis procedente del Sporting de Lisboa en el verano de 2007, un año después de haber hecho historia al ser el primer portero que detuvo tres penaltis en un partido de un Mundial (fue ante Inglaterra). Costó unos 3 millones de euros y al principio fue titular indiscutible, pero luego vio cómo Casto, recién subido del filial, le quitaba el puesto. A partir de ahí, nunca recuperó la titularidad de forma absoluta y el pasado verano incluso se quedó sin ficha. Luis Oliver también negoció con él la rescisión de su contrato, pero no alcanzó ningún acuerdo. Con Rafael Gordillo y Bosch, sin embargo, recibió un trato "exquisito y elegante", según dijo el propio Ricardo. Con su marcha, el Betis se ahorra una de las fichas más elevadas de la plantilla.