Los cacos se llevaron por delante el portalón principal de la nave.
Robaron un camión de reparto de tabaco de gran tonelaje a mano armada y, para no ser descubiertos, ocultaron el botín en una nave desocupada del polígono Carretera Amarilla, donde se colaron forzando la cerradura. De ahí, los cacos iban a sacar poco a poco la mercancía en camiones más pequeños para ponerla después a la venta. Un plan casi perfecto de no ser por la torpeza de estos cuatro ladrones a la hora de sacar el tabaco del escondite, ya que uno de los pequeños camiones se llevó por delante la puerta principal. Eran las nueve de la mañana y fue tal el estruendo que los empleados de las naves anexas no dudaron en llamar a la Policía. Tanto como los ladrones para emprender la huida para no ser detenidos.
Allí se montó un fuerte despliegue policial: cuatro patrulleros, otros tantos motoristas y, una vez descubierto de qué se trataba, la Policía Científica, que tomó fotografías y huellas de todo lo ocurrido en la nave. Aunque la Policía Nacional se limitó a decir que se había producido un robo en un camión de reparto de tabaco sin que se produjeran heridos y que buena parte de la mercancía fue localizada en la nave, otras fuentes consultadas por este periódico indicaron que los ladrones habían habilitado el lugar el pasado miércoles. Aprovechando que era festivo, acudieron a la calle Carlos Sierra y Pickman, en el Polígono Carretera Amarilla, donde habían localizado una nave que lucía el cartel de se alquila y se encontraba desocupada. Forzaron la cerradura y, un día después, tras asaltar a punta de pistola el camión, regresaron con el tabaco robado a este lugar para su posterior traslado. Cosa que no pudieron, por fortuna, culminar.
