Como si de una película se tratara, al acudir a las nueve de la mañana para abrir como cada día la iglesia, Eva Jiménez, una de las personas que se encarga de esta tarea y de atender la tienda de recuerdos, observó perpleja cómo un butrón realizado en el grueso muro del santuario dejaba entrar la luz a su través junto al retablo en que se encuentran los titulares de la hermandad de penitencia de los Muchachos de Consolación. "Cuando entré me di cuenta enseguida porque vi un recipiente de plástico en el suelo, que yo no había dejado ahí la noche anterior y me percaté de que se trataba de un robo". Por ello, inmediatamente llamó a la Guardia Civil y al rector del templo, Diego Pérez, así como a los responsables de la citada cofradía y a los de la patrona.
En el suceso, que se produjo a las 3.40 horas de la madrugada de ayer, según indicaba la alarma, el ladrón "se llevó el dinero de uno de los cepillos que hay en la iglesia, además de un broche y un rosario de la Virgen de la Amargura, titular de Muchachos de Consolación", explicó Jiménez. "Aunque son elementos de valor, pues eran de oro y plata, respectivamente, afortunadamente no son las joyas más importantes que posee la imagen", destacó José Manuel Doblado, teniente de hermano mayor de la cofradía.
"Gracias a Dios no ha pasado a mayores porque parece que saltó la alarma cuando entraron en la sacristía, que da acceso a la escalera que sube al camarín de la patrona, por lo que se asustaron y huyeron", afirma Diego Pérez, a quien llamó especialmente la atención el modus operandi empleado: "no sé cuánto tiempo llevarían ejecutando el plan, pero es sorprendente cómo han realizado el agujero en un muro con más de medio metro de grosor". Horas después del suceso, los albañiles se afanaron en devolver una imagen de normalidad a la pared afectada.
El equipo de la Guardia Civil de Utrera se está encargando de la investigación de los hechos, que han tenido como protagonista al santuario de Consolación, un inmueble del siglo XVII catalogado como Bien de Interés Cultural y declarado Monumento Histórico-Artístico de España.
Tras el robo, el rector del santuario comentó que había sobre la mesa un proyecto, con su correspondiente presupuesto, para la instalación de cámaras de vídeo vigilancia en el recinto del santuario, y que "ahora vamos a retomar con más motivo". Con esto intentará evitar hechos como el de este fin de semana, u otros que todavía siguen muy vivos en la memoria de los utreranos, como el robo que sufrió la propia Virgen de Consolación en el año 1979, cuando le sustrajeron las alhajas y al Niño Jesús, que finalmente apareció.