Un día después de la victoria del Barcelona en la final de la Liga de Campeones, no hubo resaca para los jugadores españoles en Roland Garros, y Tommy Robredo, Lourdes Domínguez y María José Martínez alcanzaron los dieciseisavos de final.
"Nos portamos bien, pedimos unas pizzas y lo vimos todos juntos en el hotel. No ha habido resaca porque había que despertarse a las siete de la mañana", dijo Robredo sobre la final de Roma, después de vencer ayer a Daniel Gimeno Traver por 6-4, 6-4 y 6-3 y colocarse en la tercera ronda.
La gallega Lourdes Domínguez, campeona júnior de Roland Garros en 1999, alcanzó por primera vez los dieciseisavos de un grande al batir a la estadounidense Alexa Glatch por 7-6 y 7-5, y la murciana María José Martínez ganó a la ucraniana Viktoriya Kutuzova por 3-6, 6-3 y 6-3.
Juan Carlos Ferrero, campeón en 2003, volvió a demostrar que está agarrado al torneo, pero no pudo rematar ante el rocoso alemán Philipp Kohlschreiber y su partido quedó suspendido por falta de luz con empate a dos sets (4-6, 6-2, 4-6, 7-6 (3)).
Pablo Andújar, Anabel Medina y Virginia Ruano dejaron escapar la oportunidad de seguir soñando. El de Cuenca cayó ante el francés Paul Henri Mathieu, por 6-2, 6-3 y 6-4. La valenciana, ante la francesa Virginie Razzano por 6-2 y 6-2, y la madrileña ante Serena Wiliams, por un concluyente 6-0 y 6-2 en 57 minutos.
FEDERER SUFRE
El suizo Roger Federer no tuvo miedo a morir, y así lo expresó para explicar cómo se había sentido al superar el primer trago amargo este año en Roland Garros, ante el argentino José Acasuso, a quien superó por 7-6 (8), 5-7, 7-6 (2) y 6-2 en la segunda ronda. Tampoco lo tuvo la estadounidense Venus Williams, que salvó un punto de partido ante la checa Lucie Safarova, a la que ganó por 6-7 (5), 6-2 y 7-5.