Roca presentó ayer al comité de empresa un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 713 trabajadores, de los que 158 pertenecen a la factoría que la compañía tiene en Alcalá de Guadaíra. El resto proceden de las fábricas de Alcalá de Henares, Gavá y oficinas centrales.
La firma justifica la medida debido a la crisis del sector de la construcción -en el que Roca centra su actividad productiva- y a la caída que ha experimentado el mercado de la reforma de viviendas, lo que se ha traducido en un "descenso constante de las ventas", señaló la empresa en un comunicado.
La compañía considera esta medida necesaria para adaptarse a las necesidades de producción de sus centros y poder atender a la demanda actual y futura del mercado.
La noticia cogió por sorpresa ayer a los trabajadores y especialmente al comité de empresa de la factoría alcalareña cuyo presidente, José Luis de la Concepción, expresó su rechazo a la medida y la consideró "una barbaridad", sobre todo después de los acuerdos pactados hace meses, y apostó por la aplicación de medidas menos traumáticas que los despidos, como prejubilaciones o bajas incentivadas.
La multinacional plantea, en principio, el despido de 158 trabajadores alcalareños, más de la mitad de la plantilla, compuesta actualmente por 308 trabajadores.
De la Concepción no dudó en afirmar que la empresa "deberá bajarse a un número de despidos lógico y natural", y concretó que "a partir del 7 de septiembre la compañía tiene previsto fijar con el comité de empresa un calendario de reuniones con el fin de negociar la aplicación de esta nueva medida".
En 2009, Roca ha ido ajustando la producción en sus plantas mediante un ERE de suspensión de contratos, que en Alcalá ya ha afectado al 50% de la plantilla y que ha provocado la paralización total de la producción en julio y agosto. Los trabajadores comenzarían a incorporarse en septiembre y octubre en dos turnos.
Pero esta medida no ha sido suficiente, por lo que la multinacional considera necesario un nuevo reajuste estructural ante el horizonte de futuro que presenta el mercado de la construcción.
Las federaciones de Industria de CCOO y UGT consideran que el recorte de empleos es "totalmente desmedido", por lo que anunciaron que, tras las vacaciones de verano, los trabajadores saldrán a la calle a protestar por estos despidos.
Ambos sindicatos criticaron que el anuncio de estos despidos se produzca en el momento en el que 1.990 trabajadores de la empresa se encuentran afectados por un ERE temporal que estará en vigor hasta el mes de diciembre.
CCOO y UGT argumentaron que las movilizaciones tras el periodo de vacaciones incidirán también en que buena parte de los trabajadores "saldrán del mercado laboral con muy pocas posibilidades de regresar al mismo dada su avanzada edad".
