n El lunes 14 de mayo de 2007 tenía previsto viajar con todos los compañeros periodistas a las 10 de la mañana desde Sevilla a Glasgow para radiar la final de la Copa de la UEFA ante el Espanyol. El domingo anterior cubría el partido que el Betis jugaba en Barcelona y como se viajaba en charter por aquella época se regresaba al finalizar el partido. Tiempo por delante para dormir en casa y estar al día siguiente en San Pablo para incorporarme a los compañeros viajeros que cubriríamos la final.
Todo era perfecto. Hay veces que los imprevistos en los aviones tiran por la borda cuanto uno ha previsto de antemano. Todavía recuerdo cómo llegamos los periodistas al aeropuerto barcelonés de El Prat, allí coincidimos con el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, que vio el partido y esperaba regresar rápidamente a Sevilla, pero el avión tuvo una avería y aunque mil veces fueron demorando la salida, lo cierto es que hubimos de esperar al día siguiente para que una vez solucionado el problema pudiéramos llegar a Sevilla.
De madrugada con los compañeros Luis Lastra y Carlos Hidalgo nos fuimos al aeropuerto para intentar llegar a Sevilla en el primer avión, pero fue imposible aun moviendo Roma con Santiago. Perdimos el enlace con el vuelo a Glasgow.
Gracias a los buenos oficios de la persona que lleva los viajes en el Sevilla como es el eficiente José Bernet, nos pudo encontrar pasaje en un vuelo del día siguiente martes y llegar a tiempo para poder estar en la final y hacer la programación del día desde el hotel Lang y la plaza donde se concentró la afición del Sevilla y retransmitir la final.
