Cultura

Rodar sin dinero y sin guión y crear una película impecable

El austríaco Daniel Hoesl presentó ayer su militante filme ‘Soldate Jeannete’.

el 13 nov 2013 / 21:30 h.

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Gerard Kerkletz (fotógrafo del filme) y Daniel Hoesl (director) presentaron ayer Soldate Jeannette. Gerard Kerkletz (fotógrafo del filme) y Daniel Hoesl (director) presentaron ayer Soldate Jeannette.

No es una película autobiográfica, pero conviene saber que el director austríaco Daniel Hoesl (1982) vive actualmente en un piso compartido con menos de 1.000 euros al mes procedentes de subsidios por desempleo. Con todo y pese a todo, ayer presentó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla su primer largometraje, Soldate Jannette, asegurando que rueda sin presupuesto alguno, porque está convencido de que “el dinero arruina por completo cualquier obra de arte”.

“El dinero nunca, jamás, debe dictar el arte, el dinero arruina el arte y es vulgar; otras personas son pobres y mueren de hambre cada día porque yo soy rico, y lo sé; soy un loco social; soy un niño rico, pero tengo conciencia social”, declaró taxativamente Hoesl para añadir que su manera de hacer cine, sin una empresa productora, sin presupuesto y sin guión previo, es una actitud política, una forma de militancia, de reivindicación, una trinchera, en fin, desde la que evidenciar su posicionamiento ante el mundo.

El director explicó ayer tras la proyección de su filme que primero efectúan las pruebas de selección de actores y, cuando los eligen, son ellos mismos los que les llevan al guión. Así es como se ha hecho Soldate Jannette, para la que eligieron una actriz alemana aristócrata de nacimiento, a la que se le nota en la manera de hablar un “alemán arcaico”.

Esta actriz, Christina Johanna Orsini-Rosenberg, les condujo a rodar la historia de una mujer rica en crisis que decide abandonar su vida vacía, quemar unos fajos de euros, ser cleptómana por puro tedio y marcharse a una granja de cerdos, entre otros aconteceres. El filme pretende ser un alegato contra el capitalismo dentro del capitalismo; de ahí que Hoesl, sin que nadie se lo preguntara, haya descrito su forma de vida, el poco dinero que precisa para vivir y su particular modo de hacer cine: “Un grupo de gente que trabaja sin ánimo de lucro, colaborando en una producción colectiva y que hace películas por amor al arte”.

Todo el grupo de rodaje dirigido por Hoesl cabe en dos coches, lo que facilita la improvisación inconstante y la búsqueda de localizaciones, que hicieron a medida que avanzaban en el rodaje. Sorprendentemente, la factura del fime es impecable, y nadie osaría pensar tras ver Soldate Jeannete que esta sea ha rodado en condiciones tan perseguidamente precarias.

“Me gusta decir que esto es como el que, en vez de hacer una lista de la compra, se conforma con lo que encuentra en el frigorífico para hacer la comida de ese día”, dijo el director sobre su modo de producción y dirección, tras lo cual se permitió hacer un llamamiento a los asistentes a su conferencia de prensa: “No creáis en el dinero; creed en la comunidad, en la riqueza colectiva, seguid mi consejo”.

El hecho de no contar con actores profesionales –aunque Orsini-Rosenberg lo sea–, ni una empresa que respalde el proyecto, ni buscar ganancias, significa “independencia de verdad”, según Hoesl, quien puso a su particular productora el crítico nombre de Company European Film Conspiracy.

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