Fernando Vega, en un entrenamiento.
Al mismo tiempo que va satisfaciendo los deseos de su entrenador en cuanto a refuerzos, el Betis también sigue desprendiéndose de los futbolistas que no contaban para Pepe Mel y que de hecho se quedaron sin dorsal hace un par de semanas. Primero fue Arzu y ayer le tocó a otro canterano, Rodri, que se desvinculó del club de La Palmera e intentará prolongar ahora su carrera en el extranjero. Sólo quedan dos futbolistas con un futuro incierto: Fernando Vega y Juan Calahorro. Pero son casos distintos. El central, con ofertas de Segunda (Sabadell) e incluso alguna de Primera (Racing), podría hasta quedarse como quinto central del primer equipo si el Betis sólo ficha un lateral de aquí a mañana, ya que en ese caso sobraría una ficha. Fernando Vega, en cambio, lo tiene bastante más crudo.El arahalense cuenta con tres temporadas más de contrato, a razón de algo menos de un millón de euros por año. Como es natural en cualquier trabajador, el jugador defiende sus derechos y pretende perder lo menos posible respecto a lo firmado. Además, en el concurso de acreedores hay algo más de 340.000 euros consignados como deuda pendiente del Betis con él. Todos estos datos, sin embargo, no impiden que el club verdiblanco se haya mostrado tajante y le haya comunicado que, de no rescindir su contrato (perdonando una gran cantidad, se entiende), se expone a ser despedido en el marco de un expediente de regulación de empleo (ERE), una medida que Miguel Guillén ya apuntó hace meses como vía para resolver contratos que los administradores considerasen lesivos para el club. El problema de Vega, uno de ellos, es que el club que más empeño puso en ficharlo, el AEK de Manolo Jiménez, no tiene un hueco para él.
En cuanto a Rodri, se va del Betis después de media temporada cedido en el Cartagena y de jugar 25 partidos con el primer equipo, todos ellos en Segunda entre la 09-10 (23) y la 10-11 (2). El club le agradeció ayer "los servicios prestados" y le deseó "lo mejor en su nueva andadura".
