La dificultad, según explica en una entrevista a Europa Press, viene marcada por el hecho de que "hay que poner de acuerdo a decenas de municipios integrados en sistemas diferentes que quieren y persiguen un objetivo común". Villalobos indica que la provincia es "muy dada a crear muchas estructuras, posiblemente porque en un tiempo hubo que hacerlo". No obstante, agrega, "con el transcurrir del tiempo te das cuenta de que desde el punto de vista económico no es correcto, porque se pueden abaratar costes".
Por separado, las principales empresas del agua provinciales -Emasesa, Aljarafesa, el Consorcio de Aguas del Huesna y el Plan de Écija- "funcionan bien, pero deben estar fusionadas para que haya sólo una autoridad en materia de agua, que es la que se debe entender con la autoridad supraprovincial", según el presidente de la Diputación, que alude a una concepción vigente desde hace años en el mundo rural por la cual "cada uno interpretaba que su pozo era suyo y allí no tocaba nadie".
Desequilibrios. "Cada provincia gestiona bajo el paraguas de los que tienen que velar por el bien común que es el agua", resume Villalobos, que aboga por llevar la gestión de tal forma que "no se produzcan desequilibrios", mostrándose en contra de que "haya un sistema que embotelle el agua en botellas de diseño con aromas y que otros, cuando le dan al grifo, no haya agua o ésta salga contaminada".
Por ello, su idea es que los habitantes de los municipios alejados del área metropolitana tengan "la misma calidad de agua" que los de esta zona. Añade que, respecto al Plan de Écija, se ha dado un paso importante consistente en la firma del convenio para entrar en el Consorcio como Diputación.
No oculta, de esta forma, que la fusión será "compleja", sobre todo con la Empresa Metropolitana de Aguas, Emasesa, "el sistema más fuerte", mientras que con los pueblos de las zonas sur y norte "sí es más fácil llegar a acuerdos".
Por todo ello, asegura que la hoja de ruta "se cumple con la dificultad propia que encierra un proceso como éste, pero con el sentido común y la racionalidad que nos debe caracterizar a los que tenemos que tomar acuerdos y determinaciones, aunque nos dejemos en el camino los localismos, ya que éste es un tema de Estado en la provincia".
Así, Villalobos subraya que en los últimos compases de este mandado debe quedar la base "perfectamente fijada y con la fuerza suficiente como para soportar ese edificio el próximo mandato". "Algunos sistemas van a acabar por fusionarse con menos dificultades, otros tendrán un poco más de complejidad, pero hay buena voluntad por parte de todos", apostilla.
