Se trata, sin duda, de uno de los santos más venerados y una de las celebraciones religiosas que despierta mayor devoción en toda la provincia. Además de la hermandad matriz de la localidad, las congregaciones filiales de Cantillana, Brenes y Tocina-Los Rosales realizan la peregrinación hasta la ermita de San Benito, a unos doce kilómetros de Castilblanco de los Arroyos. En Villanueva del Río y Minas y en La Algaba hay vecinos que están dando pasos para crear nuevas asociaciones vinculadas al santo, patrón de Europa y fundador de la orden de los benedictinos.
“Este año volvemos a comenzar el camino a las ocho de la mañana, para evitar el calor”, afirmaba Lourdes Romero, mayordoma de la hermandad de Castilblanco de los Arroyos. Tras la vespertina Misa de romeros, la hermandad principal comenzaba la peregrinación a las ocho y media de la mañana, siguiendo la carreta que porta el Estandarte. “Estamos muy contentos e ilusionados”, señalaba Enrique Jesús Palma, de nuevo hermano mayor tras las elecciones a la Junta de Gobierno.
“¡Viva San Benito!”, vítores y cantos para iniciar la marcha a la salida del pueblo. Ya tronaron los cohetes y sonaba la melodiosa música de los tamborileros. Centenares de peregrinos a pie, en carretas con tractores y otros vehículos se dirigían a la ermita. A mediodía, se realizaba el Sesteo (descanso) en el conocido Prado de los Jazmines, donde los romeros se reponen con refrigerios y cantes a la sombra de encinas y alcornoques. La marcha finalizaba el recorrido antes de caer la noche.
Hoy domingo se viven los momentos más especiales para los fieles. El enclave natural del santuario, un paraje de belleza incuestionable en las estribaciones de Sierra Morena, torna su tranquilidad en fervor religioso. Se celebra una Misa Temprana y tiene lugar la Función principal. Por la tarde, el santo sale en procesión acompañado por una banda de música. Se celebra la tradicional puja de bancos, una subasta donde los devotos pagan por coger el paso de San Benito y llevarlo al interior de la ermita.
Las novedades son pocas en una celebración religiosa donde la solemnidad es una regla no escrita que predomina sobre el carácter festivo. El Plan Romero, el dispositivo de seguridad y control, se ha reforzado este año con la participación de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad. “Participan Guardia Civil, el Seprona, Protección Civil, la Policía Local, los Bomberos y el 112”, afirma la mayordoma. “Allí, además, hay un refuerzo con una ambulancia y un enfermero en el campo”, añade.
Gentes venidas de todos los puntos del país visitan a lo largo de todo el año a este santo afamado por sus milagros y bondades. “Hay hermanos en toda España: Barcelona, Mallorca, Murcia, Madrid…”, explica Lourdes Romero.
Guardan una estrecha relación con la abadía de Santo Domingo de Silos, de la orden benedictina, aquellos monjes que se hicieron famosos por su exitoso disco de cantos gregorianos. Este ha sido el regalo en formato especial que entregó Mariano Rajoy al papa Benedicto XVI en su reciente visita a Madrid. “Ellos están un poco indignados, la gente cree que los monjes están forrados, pero es la discográfica la que se está llevando el dinero”, señala la mayordoma.
Mañana culminarán las fiestas a San Benito Abad, el patrón de Castilblanco de los Arroyos, reconocido también oficialmente como Alcalde Perpetuo por el ayuntamiento. Las hermandades regresarán a primera hora de la mañana. Ya en el municipio, tras la recogida del estandarte, se pone el punto final con bailes por sevillanas, carreras de cintas a caballo y toros de fuego.
En cuanto a la romería propiamente, la primera referencia escrita data de 1777 y se encuentra en el Archivo Parroquial: “Esta Hermandad del Señor San Benito Abad se compone de un excesivo número de hermanos y hermanas vecinos de dicha villa –y de pueblos adyacentes como Cantillana y Alcalá del Río– con singular devoción”. No hay datos históricos precisos, pero el rey Alfonso XI cita en varias ocasiones el camino de San Benito en su libro de La Montería.
