Año 2109. La Tierra vive una era en la que los seres humanos conviven con androides creados en un principio para ser esclavos. Sin embargo, éstos últimos comienzan a morir antes de los 10 años que tienen de vida.
La periodista y escritora Rosa Montero (Madrid, 1951) se sumerge de lleno en el mundo de la ciencia ficción, dándole un punto de novela negra y otro de thriller en su último trabajo, Lágrimas en la lluvia (Seix Barral).
"La ciencia ficción no son marcianitos con nariz picuda. Este género te empuja a ser muy lógico: a crear un mundo en el que todo encaje", señala.
Montero ha escogido su 60 cumpleaños para volver a un género que ya probó hace dos décadas con El temblor y que supone una anomalía en su obra. "A los 60 años quería regalarme un mundo literario, una novela negra de ciencia ficción.
Un libro placentero mediante el que volver a vivir mi juventud". Y lo ha hecho escogiendo una película, Blade Runner, como punto de partida para presentar sus replicantes, androides obsesionados por el paso del tiempo, cuya memoria es modificada por los políticos que gobiernan la Tierra.
El título también está basado en esta obra cumbre de la ciencia ficción, "cine con mayúsculas" como lo define la escritora. "El título de mi novela, Lágrimas en la lluvia, es parte de un parlamento maravilloso de la película", comenta.
Sin embargo, el desarrollo de este thriller ha corrido a cargo de la imaginación de la autora, que lo define como "una metáfora maravillosa de la vida, ya que vivimos como si fuéramos eternos".
Tres años le ha tomado a Montero dar forma a esta historia protagonizada por una androide, una reps [replicante] llamada Bruna Husky, "el mismo nombre que le puse a mi avatar cuando hace unos años me involucré en el mundo virtual Second Life".
Este personaje que la escritora madrileña ve tan opuesto a ella se caracteriza por ser misántropo, cruel, capaz de matar, pero a la vez lo describe como "el personaje más mío de todos ya que tiene una gran conciencia del paso del tiempo; tiene cosas mías llevadas al extremo".
Admite también que la mayor parte de los personajes que aparecen en Lágrimas en la lluvia llevan los nombres de amigos y familiares. "Ya veré cómo reaccionan algunos de ellos cuando sepan que son malos malísimos".
Sin embargo, aunque parezca una novela imaginaria,
inventada, tiene mucho de los elementos que han caracterizado el siglo XX. "Es una novela de supervivencia y tiene una parte de política, ya que toca temas tan actuales como la lucha por la libertad, las relaciones de poder y el fanatismo".
Lo que ya tiene pensado la escritora es hacer una secuela de este libro, con la protagonista como hilo conductor.
