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Rouco Varela pide "espíritu de sacrificio" para afrontar las reformas

el 23 abr 2012 / 14:27 h.

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El cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia  Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, ha alertado del  "endeudamiento exagerado" y ha pedido "espíritu de sacrificio" para  afrontar las reformas necesarias, durante su discurso inaugural de la  XCIX Asamblea Plenaria de la CEE que se celebra desde este lunes  hasta el próximo viernes.

Así, ha advertido de la "acumulación de bienes", la "búsqueda  irresponsable del enriquecimiento rápido", así como de la cultura del  "endeudamiento exagerado" que, según ha indicado, "amenaza" a la  sociedad actual y a los jóvenes.

"Es necesario apartarse de la codicia, que da alas a la ilusoria  identificación de la felicidad con la mera acumulación de bienes, a  la búsqueda irresponsable del enriquecimiento rápido, así como a la  cultura del endeudamiento exagerado que amenaza el presente y lastra  a las generaciones jóvenes", ha precisado  

Este cambio, junto con otros, a su juicio, "incluso de más relieve  moral, como la conversión al respeto y al cuidado de cada vida humana  y de su ecología familiar básica" no se podrán conseguir más que por  el camino de "la sincera generosidad, el de la caridad posibilitada  por la fe".  

JUSTICIA Y PROTECCION DE LOS DEBILES


Además, el cardenal considera necesario, ante la crisis, crear "un  verdadero espíritu de cooperación y de concordia" entre los actores  políticos y sociales para "afrontar con altura de miras, valentía y  espíritu de sacrificio las reformas necesarias, salvaguardando la  justicia y la protección de los más débiles".

A su juicio, si no se sigue el camino de la caridad no será  posible una buena solución de la crisis ni introducir "los cambios  necesarios en el estilo de vida y en las costumbres sociales y  políticas que han conducido a la crisis y que seguirán amenazantes  aun cuando hayan sido solucionados los problemas más graves, Dios  quiera que pronto".  

En este sentido, ha indicado que la crisis que "azota" a la  sociedad española desde hace ya varios años es "el factor más  preocupante y al que hay que prestar la más cercana atención" y,  aunque ha admitido que no es su misión entrar en el análisis ni en  las soluciones económicas y políticas -el nuevo Plan pastoral que  podrían aprobar los obispos esta semana no lo hará--, sí ha afirmado  que es su deber "ayudar al análisis cultural y moral necesario para  llegar al fondo de las causas de esta situación dificilísima" y que,  por ello, se prevé continuar la reflexión sobre la crisis y sus  causas.  

Ante esta situación, ha insistido en la necesidad de ayudar a los  que sufren más duramente las consecuencias de la crisis mediante el  voluntariado o la aportación económica en Cáritas y otras  instituciones de asistencia y prevención.  

No obstante, ha subrayado también que es imprescindible la Nueva  Evangelización --que aborda el nuevo plan pastoral-- para lograr un  "duradero buen orden de la vida personal y social" ya que, según ha  explicado, "sin fe no puede haber verdadera caridad, capaz de  despejar los obstáculos para esa imprescindible libertad espiritual  que da frutos abundantes de justicia, solidaridad y paz".

CONCILIO VATICANO II

Además, ha remarcado, citando al Papa Benedicto XVI, la  importancia de que la fe adquiera una "nueva vitalidad" ya que, según  decía el Papa, "el núcleo de la crisis de la Iglesia en Europa es la  crisis de la fe" con la que, a su juicio, también tenía que ver la  "falsa recepción del Concilio (Vaticano II)". "La vana pretensión de  constituir una nueva Iglesia, distinta de la preconciliar, denota una  grave crisis de fe en la Iglesia", ha añadido recordando las palabras  del Pontífice.  

En este sentido, Rouco Varela ha recordado que en el año 2006, los  obispos revisaron algunos aspectos "problemáticos" de "determinadas  formas doctrinales de recepción de la enseñanza conciliar que  amparándose en un Concilio que no existió, ni en la letra ni en el  espíritu, han sembrado la agitación y la zozobra en el corazón de  muchos fieles". Según ha aclarado, aquella instrucción pastoral "no  ha perdido ninguna vigencia".

El cardenal ha advertido, siguiendo una vez más a Benedicto XVI,  de que "la confusión doctrinal, la desmemoria y el analfabetismo  religioso tan extendido en el seno del Pueblo de Dios y, en  particular, en las generaciones más jóvenes, es un serio obstáculo  para la fe". Por ello, según ha señalado, "no extraña la urgencia de  que el Papa pida que el Año de la fe deba expresar un compromiso  unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de  la fe".

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