Rubén Castro, el delantero estelar del Betis y uno de los artífices del éxito verdiblanco en la campaña que está a punto de concluir, se convirtió ayer en el protagonista de un suceso que sacudió y mantuvo en vilo al beticismo durante toda la jornada. Todo sucedió a raíz de la denuncia presentada en la madrugada del lunes por una joven de 24 años al parecer, antigua pareja del canario, que le acusaba de agredirla de forma violenta a la salida de un local de copas en la Avenida de La Palmera horas después del partido Betis-Zaragoza, y que derivó en la detención del jugador al mediodía, justo a la conclusión del entrenamiento, y en una extensa tanda vespertina de declaraciones en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Sevilla, en la Avenida de la Buhaira. Una angustiosa tarde que se cerraba hacia las 20.30 horas, cuando por fin abandonaba las dependencias judiciales el futbolista, que salía en libertad aunque con cargos por un presunto delito de maltrato y con una orden de alejamiento respecto a la denunciante, según confirmó a los medios presentes el consejero verdiblanco José Antonio Bosch. El jugador canario, rodeado de una gran expectación, no quiso hacer declaraciones a la salida. La jueza que lleva el caso le ha impuesto una orden de alejamiento de 300 metros respecto a la denunciante y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio bajo la amenaza de pena de cárcel si contraviniera tal orden. A partir de este momento, la juez instruirá el caso y practicará las diligencias que estime oportunas, tras lo que decidirá si archiva la causa o, por el contrario, sigue adelante con el procedimiento y deriva en juicio. Según las informaciones que trascendieron, Rubén Castro habría negado tanto las acusaciones de agresión como las de abuso sexual. Así lo confirmó José Antonio Bosch, que dejaba claro que en el Betis confiamos y tenemos la certeza absoluta de que es inocente. Rubén ha realizado una declaración muy coherente y ha negado todos los cargos, declaró el consejero. Bosch explicó que él puede jugar, puede ir a su casa y lo único que no va a hacer es declaraciones porque sus abogados se lo hemos prohibido para que no nos puedan perjudicar. Tiene libertad, con una orden de alejamiento y prohibición de comunicación. En lo deportivo entiendo que dependerá de la fortaleza que tenga. Le he visto mosqueado como a alguien que se siente injustamente acusado de un delito. Ahora comienza una instrucción y el caso termina o con el archivo de la causa o con un juicio. Todo dependerá de la instructora. Él ha negado los hechos de forma muy coherente. Ha negado las dos acusaciones, insistió el consejero. Minutos más tarde, salía de los juzgados la supuesta víctima, que tampoco quiso hacer declaraciones a los periodistas presentes. Sobresalto // La jornada transcurría con total normalidad cuando pasadas las 13.00 horas saltaba la bomba: Rubén Castro había sido detenido por agredir presuntamente a su expareja, según informaba Radio Sevilla de la Cadena Ser. Tras recibir la denuncia, agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía se trasladaron a la ciudad deportiva del Betis y, a la conclusión del entrenamiento, procedieron a la detención del delantero para su trasladado a dependencias policiales. El jugador se encontraba de hecho en las dependencias de Blas Infante a la espera de pasar a disposición judicial por la tarde para declarar por este asunto. Los hechos sucedieron en la madrugada del domingo al lunes, en la Avenida de La Palmera, horas después del encuentro que disputaron Betis y Zaragoza. Según las primeras informaciones, Ru-bén golpeó a la joven tras una discusión y ésta presentó denuncia. Al parecer, la supuesta víctima había denunciado ante la Jefatura de la Policía en Blas Infante que, sobre las 3.00 horas de este lunes, ambos se encontraban en la Avenida de La Palmera y comenzaron una discusión en el marco de la cual el futbolista le habría propinado varios puñetazos y bofetones. Otras versiones provenientes de testigos presenciales apuntaban que la joven tuvo un rifirrafe con los encargados del local, que no la dejaban acceder a la zona VIPdonde el futbolista estaba con unos amigos, y que fue tras la intermediación del propio Rubén Castro cuando los porteros la dejaron pasar a la zona acotada. Una vez allí, siempre según esos testimonios, la chica siguió acosando al futbolista con gritos y llantos, hasta que el canario, en vista de la situación, optó por abandonar el bar de copas. El diario Marca aportaba algún otro detalle, según el cual y de acuerdo con la versión de la joven, ambos pasaron la noche en un hotel de Nervión y fue a las 19.00 horas del lunes cuando ésta acudió a un centro médico y, ya pasada la medianoche, a Blas Infante a presentar una denuncia acompañada de un parte de lesiones. En la denuncia, la mujer aseguró que Rubén Castro es su pareja actual, aunque el futbolista lo ha negado y ha señalado que se trata de su exnovia. Un matiz nada baladí y que podría ser determinante, pues de ello puede depender que el caso se resuelva como una falta con su correspondiente sanción o que se active el protocolo para los casos de violencia de género, lo cual puede afectar de forma negativa a los intereses del futbolista verdiblanco. Mientras tanto, Rubén Castro tendría que ponerse hoy de nuevo a las órdenes de Pepe Mel en un entrenamiento que, visto el lío, ha sido transferido al Estadio Benito Villamarín estaba previsto inicialmente en la Ciudad Deportiva Luis del Sol y a puerta cerrada, para evitar cualquier altercado.