Que Twitter se puede convertir en un boomerang donde recibir un buen golpe justo después de un click al que no se le dio la valoración correcta lo comprobó ayer por la mañana Francisco Rubiales en la citada red social. El flamante asesor en materia de Comunicación del consejo de administración del Betis hizo suya una crítica de otro usuario a través de un retuit que no va a favorecer precisamente las buenas relaciones entre la prensa deportiva sevillana y el club en el que acaba de aterrizar, una de las tareas para la que, es de entender, el consejo, al que se incorporará en la próxima junta de accionistas, según ha anunciado el propio Rubiales también en Twitter, ha requerido de sus servicios (sin remuneración), aprovechando su amplia experiencia. La empresa GS Comunicación (Gesto Sevilla Comunicación) publicaba un tuit que decía: El Betis profesionaliza su comunicación. Mosqueo en periodistas deportivos locales que se creen merecedores de ese puesto sin tener preparación. El retuit de Rubiales corrió como la pólvora en la red social y se convirtió en noticia en los medios sevillanos, con los que debe trabajar. El tuit y el retuit desaparecieron pero el despropósito ya estaba consumado.
