Economía

Rumasa devuelve a Asturiana su incierta planta hispalense

Negro futuro para la fábrica, con un ERE sobre la mesa y un plan para echar el cierre

el 14 mar 2011 / 22:38 h.

Fábrica de Asturiana en la capital hispalense, ubicada en Sevilla Este.

De Asturiana a Clesa, de Clesa a Asturiana, pero con un negro futuro. Nueva Rumasa cancela el alquiler -antes de tiempo- de la fábrica de lácteos de Sevilla y la devuelve a su propietaria, la misma que hace algo menos de tres años la quería cerrar, aunque se libró al final gracias al rescate de la familia Ruiz-Mateos.

En concreto, Rumasa ha acordado con la dueña de Asturiana, el grupo Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), rescindir de manera anticipada el contrato de arrendamiento que suscribieron en 2008 para que Clesa explotara en alquiler la fábrica, que en su día fue de la histórica Yogan (Yogures Andaluces, que producía la marca francesa Yoplait para el sur de España).

El grupo de los Ruiz-Mateos precisó que el pacto se alcanzó el pasado viernes, de forma que la fábrica y su plantilla -unos 80 trabajadores- retornan a Capsa, aunque la actividad industrial, ya parada por los problemas financieros de Rumasa, será difícil de que regrese a la planta.

Fuentes sindicales admitieron ayer que, en efecto, el traspaso ya se había producido, y así se lo comunicó al comité de empresa la dirección de Capsa. Ésta aplicará un expediente de regulación de empleo (ERE), previsto antes de que Rumasa saliera al rescate, y que afectará a toda la plantilla, para la que se arbitrarán bajas incentivadas y prejubilaciones.

Con Central Lechera Asturiana (CLAS, filial de Capsa), la planta fabricaba yogures y postres, si bien en el verano de 2008 la empresa constató que no existía suficiente mercado en Andalucía y se replegó hacia el Norte, de ahí que quisiera clausurar la planta hispalense.

Las fuentes sindicales señalaron que Nueva Rumasa deja una deuda media por cada empleado de entre 6.000 y 7.000 euros pues no se han pagado varias nóminas desde enero, mes en el que la actividad cesó.

Por otra parte, los Ruiz-Mateos presentaron ayer ante el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada la solicitud de concurso voluntario de acreedores para la compañía agroalimentaria Dhul, la primera de sus empresas que se acoge a este procedimiento, informó el grupo en un comunicado.

El holding explicó que adopta esta medida con el objetivo de proteger los intereses de sus empleados, inversores y acreedores y "garantizar la viabilidad futura de la compañía". En los próximos días, asimismo, se podría solicitar el concurso para Clesa y Cacaolat. Las negociaciones para encontrar un inversor están fallando ante la muy delicada situación financiera que atraviesan las firmas de la abeja.

Mientras, y según informa Europa Press, la declaración del concurso de Dhul afectará a la mayoría de los 5.000 inversores en pagarés de Nueva Rumasa, ya que esa filial alimentaria era la principal avalista de estos productos de inversión que se referenciaban a otras empresas del grupo como Carcesa o Hibramer, entre otras.

El abogado del bufete Jausas Agustí Bou explicó que la garantía de los inversores "va al montón de acreedores ordinarios" y es posible incluso "que la pierdan".

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