Ucrania entró ayer en una nueva crisis de gobernabilidad con la ruptura de la coalición parlamentaria "naranja", que respaldaba al gabinete de la primera ministra Yulia Timoshenko, que, sin embargo, seguirá en funciones.
El presidente de la Rada Suprema (Parlamento de Ucrania), Arseni Yatseniuk, anunció oficialmente la ruptura de la coalición parlamentaria de mayoría, que sella el cada vez mayor distanciamiento entre el jefe del Estado, Víctor Yúschenko, y su presidenta de Gobierno.
La alianza estaba integrada por el bloque constituido por Nuestra Ucrania, el partido de Yúschenko, y la formación Autodefensa Popular, y el Bloque de Yulia Timoshenko, todas fuerzas protagonistas de la "revolución naranja" de 2004 como respuesta pacífica al fraude en los comicios presidenciales celebrados ese año.
Timoshenko y el gabinete de ministros seguirán en funciones hasta la formación de una nueva coalición de mayoría, ya sea en la actual legislatura o en la que resulte de la celebración de comicios anticipados.
"Hoy han ocurrido unos acontecimientos políticos no muy agradables. Pero quiero asegurarles que el Gobierno va a trabajar y bien durante largo tiempo", dijo la primera ministra, citada por la agencia UNIAN, al presentar los proyectos de presupuestos del Estado para 2009.
Timoshenko calificó de "tempestad en un vaso de agua" los acontecimientos en el Parlamento.
Según la Constitución de Ucrania, el jefe del Estado está facultado a disolver la Rada y convocar elecciones anticipadas, en caso de que no se estructure una nueva mayoría parlamentaria en un plazo de treinta días.
El 3 de septiembre, en un mensaje televisado a la ciudadanía, Yúschenko denunció que en la Rada "se ha formado de hecho una nueva mayoría que no se basa en los intereses ucranianos, del Estado", por el Bloque de Yulia Timoshenko (BYT), el Partido Comunista y el pro ruso Partido de las Regiones.
Esa intervención del jefe del Estado, que marcó el comienzo de la actual ruptura con su primera ministra, se produjo al día siguiente de que esas tres formaciones votaran una serie de enmiendas que restringen los poderes presidenciales, entre ellas la simplificación del proceso de impugnación del presidente.
"Ayer se produjeron acontecimientos que pusieron fin a la coalición democrática y la causa es una: la lucha por el poder", dijo entonces Yúschenko, que calificó la votación en la Rada de "comienzo de un golpe de Estado político y constitucional".
En esa ocasión, el presidente ucraniano advirtió a los diputados de que hará uso de su prerrogativa de convocar elecciones parlamentarias anticipadas, en caso de que no se forme una nueva coalición de mayoría en el plazo que estipula la Constitución.
Sin embargo, al formalizarse hoy el fin de la coalición de Gobierno, la reacción de Yúschenko fue mucho más moderada, según el secretario de la Presidencia, Andréi Kislinski.
"El presidente de Ucrania ha declarado en numerosas ocasiones que es partidario de la existencia de una mayoría democrática en el Parlamento, pues precisamente esa mayoría puede ser capaz de llevar la política de integración en Europa", dijo Kislinski, citado por la oficina de prensa de la Presidencia.
De acuerdo con el jefe del Secretariado, la nueva coalición democrática podría quedar integrada por Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular, el BYT y el Bloque del centrista Vladímir Litvín.
Actualmente, hay cinco formaciones con representación en la Rada: el Partido de las Regiones (175 escaños), el BYT (156), el bloque Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular (72), el Partido Comunista (27) y el Bloque de Vladímir Litvín (20).
De acuerdo con la Constitución ucraniana, la coalición de mayoría, encargada de presentar al jefe del Estado la candidatura del primer ministro, debe estar integrada por al menos 226 de los 450 miembros de la Rada.
