Un tanto de Torbinski, en el minuto 112, y otro de Arshavin, en el 115, permitieron a Rusia poner fuera de combate a Holanda. El equipo que había maravillado en la primera fase tuvo la suerte de forzar la prórroga, pero cayó ante el equipo del 'zar' Guus Hiddink.
Los rusos dominaron, se adelantaron en el marcador, pero dieron vida a Holanda, que empató el partido en el minuto 86. En la prórroga, Torbinski y Arshavin dieron el sorpresón (otro) del torneo y mandaron al todopoderoso equipo oranje a casa, en el último partido de Van Basten y de Van der Sar con la selección.
Son clónicos los equipos de Hiddink. Físicos y disciplinados. No importa tanto la latitud ni las características de sus futbolistas. Da lo mismo si son coreanos, australianos, holandeses o rusos. Lo demostró ayer por cómo planteó el partido, basado en el enorme conocimiento del rival, pero también en la calidad de los suyos.
Recuperado Arshavin, una vez cumplida la sanción de dos partidos que le impidió jugar ante España y Grecia; sustentados en la calidad de Pavlyuchenko, con un gran juego como boya; y apoyados en los remates desde lejos de Kolodin, Holanda, el gran equipo de Van Basten, transitó por el partido atónita.
En la búsqueda de más desborde, Van Basten eligió a Van Persie, pero Rusia no se inmutó. Arshavin lanzó junto el palo en el minuto 56 y en una incorporación por la izquierda, Semak sirvió a Pavluychenko y éste no falló. Remató de primeras viniendo por detrás. Era el 0-1, pero aún quedaban 34 minutos, en los que Van Basten decidió cambiar el orden de las cosas y se decidió por Afellay. El guión no varió, Hiddink lo tenía todo controlado. Rusia no sufrió. Incluso pudo decidir el partido en una combinación de Pavlyuchenko con Semshov que salvó Van der Sar (70'), en otra que el ariete tuvo solo ante el meta (77') o en una de Zhirkov (82').
Agarrados a una falta, a una genialidad, Holanda respondió de la única manera que había creado confusión ante la defensa rusa, en una jugada a balón parado. Sneijder conoce bien a Van Nistelrooy y el nueve, en el minuto 86, heló la sangre del equipo de Hiddink con el empate, tras rematar de cabeza.
En la prórroga, el partido fue una ruleta rusa, con más balas en la recámara de la pistola de Rusia, pero los de Hiddink no acababan de rematar al rival. Arshavin, Pavluychenko, con un remate al travesaño, Torbinski, Kolodin... Otra vez los oranje contra las cuerdas. Un penalti reclamado por Zyryanov, un remate sin portero de Pavlyuchenko, hasta que en una genialidad de Arshavin llegó el 1-2. El del Zenit puso el balón en el segundo palo, superado Van der Sar, y Torbinski marcó (112'). En plena depresión holandesa y mientras los rusos hacían gala de una extraordinaria condición física, Arshavin (116') remató a los oranje con el 1-3.