La escalada del precio del combustible está arrastrando a las aerolíneas a recortar sus conexiones y también sus empleos. Tras el anunció del pasado miércoles de Spanair de que despedirá a 1.100 personas y cancelará nueve rutas por la crisis, se sumó el jueves Ryanair, que ha decidido reducir sus vuelos para este invierno.
La mayor aerolínea de bajo coste europea, Ryanair, recortará en un 14% los vuelos y dejará un 25% de los aviones que operan en el aeropuerto de Stansted -Londres-, su base principal en Europa con 15 millones de pasajeros al año. Además, cerrará sus operaciones en otras siete ciudades europeas -entre ellas Palma de Mallorca y Valencia- desde el 4 de noviembre hasta el 19 de diciembre porque considera que es muy caro mantener esos vuelos en temporada baja con los actuales precios del carburante.
Así, Ryanair anunció el cierre temporal de su base de Valencia, lo que implicará el mantenimiento en tierra de los dos aviones de la compañía existentes en el aeropuerto y la cancelación de 504 vuelos. La misma operación llevará a cabo en el aeropuerto de Palma de Mallorca, lo que afectará a un total de 372 vuelos. En total, cerca de 900 en España.
"Las altas tasas de los aeropuertos y los masivos incrementos que afrontamos en los precios del combustible hace más rentable para Ryanair dejar en tierra aviones que hacerlos volar en esos aeropuertos durante este periodo", afirmó el presidente de la aerolínea, Michael O'Leary.
Por su parte, Spanair estaría estudiando la viabilidad de sus actuales siete bases operativas -Madrid, Barcelona, Las Palmas, Tenerife, Bilbao, Palma de Mallorca y Málaga- debido a los elevados costes de mantenimiento y podría optar por mantener sólo las de los aeropuertos de Barajas y El Prat, según señalaron fuentes del Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla).
De este modo, la aerolínea, que cuenta además con un centro de trabajo en Alicante, podría estudiar el cierre de las bases de Las Palmas, Tenerife, Bilbao, Palma de Mallorca y Málaga. "Está estudiando la viabilidad de las bases pero es muy posible que solamente deje Madrid y Barcelona", recalcaron desde Sitcpla-Spanair.
En este sentido, el presidente del Comité de Empresa de Spanair, Jordi Mauri, aseguró que "por ahora", no le consta que vaya a desaparecer la base de la compañía en Palma, ya que en tal caso, la aerolínea "se cargaría con más gastos", dado que "forzosamente" debería ubicarse en otro lugar, trasladando a los trabajadores a Madrid o Barcelona.
Los empleados se reunieron en asamblea durante todo el día del jueves en Palma para discutir la situación. La dirección de Spanair informó a los sindicatos que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) contempla el despido de 120 pilotos, 220 tripulantes de cabina, 180 trabajadores de handling, 120 técnicos de mantenimiento, 270 empleados de las oficinas y despachos y 150 operarios de venta al público.
El coordinador estatal de UGT en Spanair, Guillermo Villalonga, señaló que estas cifras pueden oscilar 20 trabajadores "arriba o abajo", mientras que, por otro lado, advirtió de que su sindicato "no va a aceptar" un ERE sin que previamente se apruebe un plan de viabilidad. De este modo, avanzó que en la negociación del ERE, que comenzará a partir del 22 de julio, UGT exigirá que los 1.100 despidos anunciados por la dirección se traduzcan en jubilaciones, despidos pactados, reducciones de jornada y bajas incentivadas o negociadas.
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, reconoció el jueves su preocupación por las consecuencias que tendrá el Plan de Viabilidad de Spanair en el empleo y en el mantenimiento del servicio, especialmente en las islas.