Al final, y a pesar del anuncio hecho el pasado martes por el presidente del Gobierno, la reactivación de la inversión estatal en obra pública no será para tanto. Al menos así lo dejó entrever ayer la vicepresidenta económica, Elena Salgado, quien afirmó que el coste de las infraestructuras que el Ministerio de Fomento retomará en 2011 no será "especialmente significativo" en términos absolutos, y aseguró que tampoco afectará al objetivo de déficit del próximo año, que sigue manteniéndose en el 6% del PIB para el conjunto de las administraciones públicas.
Salgado indicó, en declaraciones a Europa Press, que la estabilidad en las últimas semanas de los mercados financieros ha permitido al Gobierno contar con "un pequeño margen" en el presupuesto que se destinará a recuperar alguna de las obras que se habían suspendido por parte de Fomento. Aun así, insistió en que aunque la cantidad no vaya "a ser especialmente importante", el ministro de Fomento, José Blanco, podrá "sin ninguna duda recuperar alguna de las obras" que había aplazado.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, adelantó el martes que en "10 ó 15 días" el Ejecutivo prevé "aliviar" el recorte en infraestructuras, con el fin de recuperar "algunas" iniciativas suspendidas que beneficien a la "mayoría" de las comunidades.
La titular de Economía señaló que la intención del Gobierno es llevar a cabo una "cierta redistribución interna" del gasto que permita destinar a infraestructuras una cantidad "algo mayor" que la prevista durante la elaboración del techo de gasto del Estado para el próximo año, pero siempre respetando el objetivo de déficit presupuestario.
Salgado apuntó que los "primeros números" que había elaborado el Gobierno de cara a los Presupuestos de 2011 se realizaron en un momento en que los mercados estaban en una situación "más inestable", pero que tras la publicación de los test de estrés de la banca española y tras ver que el sistema financiero español es "muy sólido", los mercados han entrado en una fase de "mayor tranquilidad y seguridad", lo que ha permitido contar con "algún margen adicional" que se destinará a infraestructuras.
La ministra añadió que será Fomento el que concrete los proyectos que se van a retomar atendiendo a los criterios que considere oportunos y que Hacienda se limitará a trasladar el presupuesto adicional con el que contará el departamento de José Blanco, si bien insistió en que no será "especialmente importante".
Por su parte, el ministro reconoció que el tijeretazo es "excesivo". "Entendimos que el ajuste para el 2011 era excesivo y, por lo tanto, se están ajustando los Presupuestos para tratar de aliviar el recorte sobre la obra pública que inicialmente habíamos planteado", afirmó. Sin embargo, preguntado por cuál será su cuantía, el titular de Fomento se limitó a decir que ésta se dará a conocer en septiembre, cuando se detallen los Presupuestos.
Como ejemplo, el titular de Fomento concretó que algunas de las obras indultadas serán la Autovía del Cantábrico, la del puerto de Despeñaperros, el segundo puente de Cádiz y algún ámbito de la A-2 en Cataluña.
El anuncio del presidente dos semanas después de que Blanco comunicara el recorte le ha valido la crítica de la oposición. Así, el PP reclamó ayer al Gobierno que deje de improvisar y que concrete cómo afectará a obras en marcha el recorte de la inversión.
Le corrige también en la previsión económica
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, afirmó ayer que el Gobierno no contempla que la economía española vaya a registrar este año algún trimestre negativo, a pesar de admitir que el crecimiento del PIB durante el tercer trimestre será inferior al registrado en el segundo (0,2%). Salgado matizaba de esta manera las declaraciones realizadas el pasado martes por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien afirmó que el dato del PIB del tercer trimestre será peor al registrado entre abril y junio. La ministra atribuyó el previsible menor crecimiento entre julio y septiembre a un "cierto anticipo" de las compras anterior al incremento de la tasa del IVA a partir el 1 de julio y, por otro lado, a la retirada de algunos estímulos y al plan de austeridad.
