El único candidato a rector de la Universidad de Sevilla en las próximas elecciones del 23 de febrero y hasta entonces responsable de Infraestructuras de la institución desveló ayer dos pistas más sobre cuál será su estrategia en relación con el futuro de la biblioteca del Prado, paralizada por el Supremo. Antonio Ramírez de Arellano es partidario de "salvar el dinero público ya invertido" (algo más de cinco millones de euros) y por "recuperar" el "gran proyecto cultural" que suponía el edificio diseñado por Zaha Hadid. Cómo hacerlo es aún "prematuro" desvelarlo, sentenció Ramírez de Arellano en la presentación del que será su equipo de Gobierno en caso de lograr el respaldo del Claustro, órgano que elige al rector. Lo que sí parece irrenunciable para el candidato es la necesidad de construir un gran biblioteca. Entre tanto barullo judicial, parece haberse "olvidado" que la Universidad requiere un espacio como el que se diseñó para el Prado.
Ramírez de Arellano valoró como una mala noticia el hecho de que haya un único candidato a rector por primera vez en la historia democrática de la Universidad de Sevilla. "Cincuenta más uno no es un objetivo ambicioso", reconoció al ser interrogado por el resultado que él considera que necesita para sentirse ampliamente respaldado. "Voy a buscar todos los apoyos y después, intentaremos cada día ganarnos el apoyo".
El candidato presentó a su equipo en su casa, la Facultad de Física. Entre los que le acompañan, muchos rostros conocidos: ocho de los 13 componentes de la primera línea de Gobierno ocupan actualmente algún vicerrectorado con el rector Joaquín Luque. Es consciente pues de que esta continuidad es uno de los flancos por los que puede ser atacado. Por eso defendió que haber pertenecido al Gobierno saliente "no es un demérito, yo mismo soy vicerrector. Me siento honrado con el hecho de que hayan querido continuar". Su Gobierno será más que paritario: nueve mujeres frente a cuatro hombres.
Ramírez de Arellano no ha modificado la denominación de los vicerrectorados pero sí ha hecho cambios en materia de competencias. Ha apostado por eliminar el Vicerrectorado de Docencia y dispersar sus funciones por los de Profesorado, Ordenación Académica y Estudiantes. En relación al Servicio de Asistencia de la Comunidad Universitaria (SACU), una marca potentísima de la Universidad que antes tenía dirección propia, éste ha pasado a ser una pata más de una nueva cartera que se llamará Servicios Sociales y Comunitarios que dirigirá Ana López Jiménez. Ha recuperado el Vicerrectorado de Posgrado, una materia que deberá ser impulsada como consecuencia de la adaptación a Bolonia. También crea un Centro Internacional donde se centralizará desde la política de movilidad (becas erasmus, por ejemplo) hasta lo relacionado con políticas de internacionalización enmarcadas en el campus de excelencia Andalucía Tech.
Una mujer para el ‘ladrillo'. Ramírez de Arellano ha tirado de su equipo para uno de los vicerrectorados que más presión mediática tendrá en este mandato. La vicerrectora de Infraestructuras será Pastora Revuelta, que desde 2008 ocupa la dirección del Secretariado de Infraestructuras. "He contado con ella por su capacidad y para completar todo el despliegue en la ciudad que nos queda", apostilló Ramírez de Arellano, aludiendo a los nuevos edificios de Farmacia, Politécnica, Reina Mercedes... y, cómo no, la biblioteca del Prado, tema del que conoce los entresijos al haber trabajado codo con codo con el candidato a rector. "He apostado por un equipo con capacidad para abordar sin dilación los asuntos pendientes. Son voces representativas, con espíritu autocrítico y con visión humana", sentenció Ramírez de Arellano, para el que el principio que guiará su mandato será "una insobornable confianza en lo público".
