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Samuel Sánchez gana en Luz Ardiden, Contador pierde 13 segundos


el 14 jul 2011 / 16:30 h.

Pese a que tiene más de minuto y medio perdido con sus rivales, Alberto Contador sigue siendo el más temido. Los más asustados parecen los Schleck, que utilizaron a su equipo, el Leopard, para desgastar al pelotón y al equipo de su rival, el Saxo Bank, desde el principio del Tourmalet y que en las rampas de Luz Ardiden rodearon a Contador, una táctica que funcionó. Andy delante, Fank detrás. A tres kilómetros de la meta empezó el baile. Primero atacó el pequeño de los hermanos, Andy, y despué lo hizo Frank. Después lo intentó Basso y de nuevo, Andy. El más fuerte fue el tercer ataque de Frank, que sí que abrió hueco, mientras que su hermano prefirió no alejarse de Contador. Por delante, Samuel Sánchez, protagonista junto a Vanendert de una escapada, reeditó la primera victoria de su equipo en la historia del Tour en 2001 y cumple con el objetivo que se había marcado tras un mal inicio de la ronda francesa. Por detrás, los ataques de los Schleck hicieron mella en Contador que acabó perdiendo 13 segundos con respecto a Andy, Cadel Evans, Ivan Basso y Damiano Cunego, y 33 con respecto a Frank, que ahora es segundo en la general, después de que el francés Voeckler consiguiera, a base de casta, defender su maillot amarillo en el día de la Bastilla.

En las primeras rampas del Tourmalet ya empezó a cambiar la carrera. El Europcar, que había llevado hasta allí el peso de la persecución de seis escapados que llegaron a acumular ocho minutos de ventaja, dejó paso al Leopard. El equipo de los Schleck, que ha sido de los pocos equipos que se han escapado de las grandes desgracias, se puso a tirar como loco del grupo con todos sus efectivos guiando a los dos hermanos luxemburgueses. En el puerto anterior, el Hourquette, se produjo la montonera del día, en la que el peor parado fue Kloden, que tuvo que ser atendido por los servicios médicos y se resintió el resto de la etapa. La distancia con los escapados se reducía a una velocidad vertiginosa. Pero el ritmo que había impuesto los Schleck y sus hombres, sobre todo el veterano Jens Voigt, también tenía consecuencias atrás. Poco a poca su principal rival, Alberto Contador, iba perdiendo compañeros, primero fue Benjamín Noval y después Nicki Sorensen. El de Pinto buscó refugio entre los maillots naranjas del Euskaltel y la sombra de Jesús Hernández, que aguantó el tiron. Otros como Gesink, martirizado por las caídas en la primera semana, directamente decía que no podía a sus escuderos como Carlos Barredo. "Sigue tu", le dijo con la mano el holandés al español. También se quedó el joven Tony Martin. Voigt, incombustible, guió al pelotón hasta la cima, donde el grupo perdía poco más de tres minutos con respecto a la cabeza y habiendo eliminado por el camino a gente como Gesink y Martin y con Kloden muy justo de fuerzas por la caída.

En las faldas del último puerto, el paisaje era muy parecido a antes del Tourmalet: Thomas y Roy en cabeza, un grupo de ocho perseguidores, a los que se habían unido Gilbert y Samuel Sánchez en un descenso vertiginoso, y Voigt y el Leopard, que había conseguido reagrupar a muchos hombres, tirando del pelotón muy alargado y que cerraba Kloden. Empezó atacando Sánchez en el grupo perseguidor, quería brindar a la afición vasca el triunfo de etapa. Cuando Voigt se desfondó y los hermanos se quedaron solos. Andy empezó a buscar a Contador con la mirada. Los schleck rodearon a Contador, que ya estaba solo. El de Pinto iba en la parte trasera del grupo, tranquilo, sin prisa, a la expectativa. A falta de cuatro kilómetros, en el grupo de favoritos, el único que no intentó nada fue Contador, que llegó con cara de sufrimiento a la meta.

En el último kilómetro, Vanendert (Omega-Pharma), el único que había aguantado el ritmo de Samuel Sánchez en Luz Ardiden, intentó ir a por la etapa, pero el asturiano no lo permitió. Una vez cruzada la línea de meta, esperó para saludar a sus compañeros que iban llegando con cuenta gotas hasta que le llamaron al podio. Mientras su amigo sonreía y miraba al cielo con un ramo de flores en la mano, Contador explicaba que le había molestado su rodilla, pero que espera estar mejor los próximos días. Hoy nueva pérdida de tiempo y el hueco con sus rivales se agranda.

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