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San Fernando y Alfonso X

Hace 30 años el día de San Fernando era como el de San Clemente: se reducía a dejar descubierta la urna que contiene sus restos y a una procesión cívico-religiosa en la catedral; los canónigos cobraban como era tradicional un estipendio, los demás también por trabajar en otra cosa y el nacional-catolicismo seguía triunfando.

el 15 sep 2009 / 05:37 h.

Hace 30 años el día de San Fernando era como el de San Clemente: se reducía a dejar descubierta la urna que contiene sus restos y a una procesión cívico-religiosa en la catedral; los canónigos cobraban como era tradicional un estipendio, los demás también por trabajar en otra cosa y el nacional-catolicismo seguía triunfando. La llegada al ayuntamiento de una corporación democrática y de izquierdas añadió a todo aquello el descanso laboral pero, al contrario de lo que se hizo con otras celebraciones, no dio sentido nuevo y abierto a la festividad. Años después el viejo pendón de la ciudad se cambiaba por la bandera actual con el NO8DO sin que tampoco se modificara nada.

En Sevilla, más alfonsina que fernandina, siguió prevaleciendo el gastado mito de la Reconquista porque no es verdad que peleara sin más contra los "moros"; peleó contra los almohades y entró con dos "moros" aliados -Alhamar de Granada y Abdelamón de Baeza, enterrado también como él en la catedral- y con su hijo Alfonso. Si la ciudad hubiera decidido conmemorar también a éste, celebraríamos su mudéjar, las cantigas, el céjel, los estudios de astronomía, la nueva bandera?y los premios que se otorgan hubieran tenido nuevo sentido. Como no se hizo, ha vuelto a imponerse el horror vacui: el vacío lo ha llenado esa procesión que pone en la calle a San Fernando blandiendo una espada: otro Santiago Matamoros.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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