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San Gil resquebraja más al PP

El abandono de la presidenta del PP vasco, María San Gil, de la redacción de la ponencia política para el Congreso Nacional popular ha supuesto una conmoción en el seno del partido. Sus discrepancias en cuestiones nacionalistas le han llevado a este adiós, postura que ayer le ganó importantes respaldos que, de paso, eran puñaladas a Rajoy.

el 15 sep 2009 / 04:40 h.

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El abandono de la presidenta del PP vasco, María San Gil, de la redacción de la ponencia política para el Congreso Nacional popular ha supuesto una conmoción en el seno del partido. Sus discrepancias en cuestiones nacionalistas le han llevado a este adiós, postura que ayer le ganó importantes respaldos que, de paso, eran puñaladas a Rajoy.

Formalmente, la salida de San Gil de la ponencia política del PP se ha producido por "diferencias de criterio fundamentales", sin más explicaciones, aunque en el trasfondo de esta decisión está su rotunda negativa a la posibilidad de pactar con formaciones nacionalistas que, al parecer, recoge el documento. El problema para el PP no es sólo la campanada que ha dado una de sus figuras principales, sino que ayer fueron una legión los que salieron en defensa de su postura, y cada uno de estos apoyos sonaba también como un indisimulado reproche al presidente del partido, Mariano Rajoy, que aspira a renovar su liderazgo en el congreso de junio.

Y entre los aliados de San Gil volvió a aparecer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quizás una de las más críticas con el proyecto de renovación de Rajoy. Aguirre abrió fuego hablando de reflexión en el PP, aunque sus palabras iban dirigidas más a la cúpula popular que a la militancia, ya que se lo pedía "especialmente a quienes ahora tienen la máxima responsabilidad política a nivel nacional". Además, ensalzó a San Gil que, a su juicio, "es una referencia moral dentro del partido".

Más contundente que Aguirre fue la concejal madrileña y esposa del ex presidente José María Aznar, Ana Botella, que habló bien claro: "Estoy con San Gil y si ella abandona será por un motivo esencial", como que "no se garantizan los principios del partido".

Botella también instó a la reflexión, al igual que los diputados populares Vicente Martínez Pujalte o Gustavo de Arístegui. Pero este último dio un paso más al frente y aventuró incluso la posibilidad de "firmar una enmienda a la totalidad" a la ponencia política que deberá aprobar el PP en el próximo junio si la dirección nacional no abre una "reflexión seria" sobre la redacción actual del texto.

Conscientes del peso político de María San Gil, la dirección del PP intentaba a contrarreloj cambiar su idea de abandonar la ponencia política. Un intento que fue en vano. Rajoy llegó a conversar con la dirigente vasca sin convencerla de sus intenciones, algo en lo que también erraron los otros dos autores de la ponencia, José Manuel Soria y Alicia Sánchez Camacho.

Las desavenencias entre los ponentes del documento político se remontan a mediados de abril, después de que se filtrara que la ponencia tenía previsto revisar la estrategia del partido, analizando la relación con los nacionalistas. La presidenta del PP vasco, firme defensora de la línea política, está convencida de que su partido no debe cambiar su proyecto por caer bien a los nacionalistas.

Sus compañeros en la redacción del documento, Soria y Sánchez Camacho, coincidieron en que la ponencia política del congreso recoge los planteamientos de San Gil, pese a que ésta asegurara que había "diferencias de criterios". Pero estas explicaciones no aclaran que ese documento político se va a presentar sin contar con la presencia de la presidenta de los populares en el País Vasco. Con su ausencia se abre un nuevo episodio de la crisis interna del PP, que comenzó cuando, tras el varapalo electoral, Aguirre anunció que daría "batalla" en el PP para que los españoles conozcan una opción "abierta y liberal".

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