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San Jacinto será peatonal dentro de tres meses

La última fase de los trabajos, entre Pagés del Corro y el Altozano, comenzará la semana que viene con un presupuesto de 295.000 euros.

el 05 ago 2010 / 11:45 h.

Reconstrucción de la calle San Jacinto tras su peatonalización.

La segunda y última fase de las obras en el corazón de Triana tiene, por fin, fecha. La semana que viene comenzarán los trabajos que culminarán la peatonalización de la calle San Jacinto, entre Pagés del Corro y la Plaza del Altozano. El plazo para su terminación es de tres meses y el presupuesto asciende a 295.000 euros. El alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, señaló ayer durante una visita a San Jacinto que el objetivo es crear una zona "cómoda para pasear, sin riesgo de ser arrollado por vehículos ni autobuses".

Hace ahora un año que el por entonces delegado del Distrito Triana, Alberto Moriña, propusiera la peatonalización de San Jacinto no sin cierta polémica, ya que la idea no estaba consensuada con el equipo de gobierno y provocó ciertos roces entre sus miembros. La iniciativa, al final, salió adelante entre las protestas de los comerciantes de la zona, que se manifestaron varias veces durante los últimos meses del año pues temían que las obras alejaran a los clientes de sus negocios en plena crisis económica.

La primera fase de las obras culminó en Navidad, cuando se estrenó el carril bici y se libró a la calle del tráfico, sin peatonalizarla por completo. La segunda fase iba a comenzar a partir del 12 de junio, después de la procesión de la Virgen de la Estrella con motivo de su 450 aniversario. El retraso se ha prolongado casi dos meses.

Lo que se pretende ahora es convertir San Jacinto en un espacio íntegramente peatonal, aunque el alcalde insistió en que estamos ante una "urbanización superficial" y que "el carril bici no se vuelve a levantar". De lo que se trata en esta segunda fase, explicó, es de realizar "las intervenciones más leves", ya que "no se harán actuaciones de infraestructura porque están en perfecto estado".

Los trabajos que se desarrollarán hasta noviembre consistirán en la homogeneización del pavimento, elevando la calzada al mismo nivel que la acera, y la pavimentación con losas del carril bici. El resto de las intervenciones previstas tiene un cariz más decorativo. La calle se salpicará de bancos con una estructura de ladrillo y madera, cuyos respaldos estarán adornados con azulejos trianeros en homenaje a los ceramistas del barrio. Junto al carril bici se colocarán farolas de báculo con doble brazo. Por último, uno de los detalles estrella del proyecto y más resaltados por el Consistorio será la "iluminación de vanguardia" que discurrirá por el suelo, una línea de luz color azul protegida con losas translúcidas "en una clara alusión al río Guadalquivir".

Durante el recorrido por el corazón de Triana, en el ambiente orbitaba una pregunta: ¿por qué no se han hecho las obras de una sola vez? "Las cosas se hacen cuando se puede", justificó el alcalde, que explicó que "esta intervención no tiene nada que ver con la anterior" y que los fondos para las dos fases de los trabajos proceden de partidas distintas. Además, aseguró que se había estudiado esta posibilidad, ya utilizada en las obras de la Avenida de la Constitución, pero se desechó posteriormente. Además, indicó que el coste añadido de realizar los trabajos en dos etapas era "insignificante".

El regidor trató de eludir las críticas de algunos comerciantes y se afanó en resaltar los beneficios de la peatonalización. "Las zonas peatonales crecen en calidad de vida y también desde el punto de vista social, como se ha comprobado en todas las grandes ciudades del mundo".

Monteseirín señaló que se da "un paso más dentro del proceso de peatonalización emprendido" por el Consistorio, aludiendo a la calle Asunción. "Un 72% de los vecinos de Los Remedios se declaran muy contentos con esta obra", por lo que el Ayuntamiento confía en vencer las resistencias iniciales que han encontrado en Triana.

Para lograrlo, lo más probable es que haya que esperar. Los comerciantes de la zona se muestran, en general, reticentes a un nuevo período de obras y temen que las consecuencias vayan directamente a la caja registradora de sus negocios.


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