Llegó al nuevo San Jerónimo hace cinco años cuando las calles no estaban ni rotuladas. Es entonces cuando Ángel Luis Bordas Guijarro constituye con otros vecinos la asociación San Jerónimo-Alamillo, que nace para solucionar los problemas de las VPO construidas por Emvisesa. En su lucha diaria por un barrio "habitable", este abogado de 34 años se ha manifestado tanto a favor de la apertura de parques como en contra de la construcción de una mezquita y el chabolismo.
-El Ayuntamiento ha desalojado dos núcleos de chabolas cercanos ¿satisfecho por ello?
- Sí, muy satisfecho y muy agradecido a la Administración, en este caso al alcalde, al delegado del distrito y al de Seguridad por su implicación y su pronta contestación. Veníamos denunciándolo desde hace tres años, pero en este último, muchos vecinos de la calle Marruecos y de La Papachina han demandando a la asociación una actuación inmediata.
-¿Qué suponía el asentamiento chabolista en el barrio?
-Problemas de seguridad, salubridad y suciedad. Inseguridad porque los niños y las personas mayores tenían miedo a salir, pues estas personas se habían hecho con la calle. Además se producían pequeños hurtos del mobiliario urbano, lo que hace dos años derivó en un problema de suministro de luz al robar el cableado. Los hosteleros no podían dejar fuera el mobiliario del bar porque desaparecía. Después, el problema de suciedad que conlleva abrir los contenedores a diario tirando la basura fuera para coger la chatarra. No era una imagen buena para el barrio, y por reivindicación propia de los vecinos más cercanos, decidimos atajar el tema.
- ¿En qué se ha ganado con su erradicación?
-En tranquilidad, espíritu de lucha y en ser un barrio más limpio y seguro. Más digno y más habitable para todos.
-Hace años el barrio se levantó contra la mezquita, ahora el asentamiento rumano, ¿les tachan de racistas y xenófobos?
-Se equivocan. En San Jerónimo no puede haber un clima de racismo y xenofobia porque es un barrio donde conviven muchas etnias. No se va contra las personas ni las etnias, sino contra un tipo de comportamiento. Si hay una persona de cualquier etnia que te está robando todos los días, que lo denuncies no es racismo. Es querer tener un barrio habitable, sin sobresaltos. Somos una asociación independiente, sin ataduras políticas. Le damos caña a quien sea, se la hemos dado al PSOE y ahora se la estamos dando al PP. Nosotros sólo nos guiamos por los intereses del barrio.
-¿Qué otros problemas tiene actualmente el barrio?
-Principalmente los solares en desuso que rodean las viviendas. Hace siete años, antes incluso de venirnos a vivir, Emvisesa nos vendió una serie de cosas que no se han ejecutado, como la Ciudad del Empleo que prometió Manuel Chaves, y al final no se hizo porque no hubo voluntad y se gastaron el dinero en otra cosa. Hoy sería muy importante con los problemas de paro y desahucios que existen. Hay solares que se convierten en focos de droga, delincuencia y asentamientos. Luchamos para que cerraran la Naves de Renfe. Cuatro veces las tapiaron y cuatro veces entraron. Zoido cuando estaba en la oposición presentó para esta zona un proyecto de naves para vecinos y pequeñas empresas para fomentar el empleo, pero la cosa está parada por falta de dinero. Hemos pedido que si no se va a hacer nada, se derrumben porque aquello es más un peligro que un futurible. A ello se une que siguen sin soterrarse las líneas de alta tensión que impiden desarrollar cualquier proyecto en los solares. Junto al paro, los desahucios son otro grave problema en la zona antigua del barrio.
-¿Qué ayuda dan a los vecinos con problemas de desahucios?
-Tenemos un servicio jurídico gratuito para asociados y vecinos, donde asesoramos técnicamente.
-¿En qué afecta la crisis a esta zona nueva de San Jerónimo?
-Digamos que la crisis ha frenado el crecimiento de estas nuevas manzanas, con muy buenas perspectivas cuando nos vinimos a vivir hace cinco años. Hay más de 150 locales de Emvisesa vacíos. Hace un año planteamos en el pleno del distrito que se hicieran propuestas para autónomos, pequeñas y medias empresas a un coste mucho más barato. El despegue del barrio se está parando. Nos gustaría que hubiera más vida, que se instalaran más pequeños y medianos comercios. Han abierto varios y han tenido que cerrar.
-El transporte público será otra de las reivindicaciones...
-Hemos sido la asociación que más firmas ha recogido para pedir una parada del Metro en el barrio y para que nos lo hicieran soterrado. Ahora mismo está paralizado todo, no sabemos si van a hacer o no la línea 3. Tenemos el compromiso verbal de Zoido de cuando estaba en la oposición. En cuanto a Tussam, el B5 nos lo quisieron quitar e hicimos una protesta junto a otras asociaciones del barrio contra el anterior Gobierno local. Y menos mal, porque la línea B5 está funcionando ahora muy bien y en 10 minutos estás en el Centro.
-¿A qué destinaría el dinero para obras menores anunciado por el Ayuntamiento para los distritos?
-Nos hace falta iluminación, bancos y fuentes en la ribera del río, que pertenece al Ayuntamiento y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Tenemos los problemas de solares, que han de ser limpiados continuamente para evitar incendios; además hemos pedido que asfalten los solares y los vallen para evitar que haya menudeo o barbacoas o camiones volcando cubas. También hemos pedido que asfalten la zona del monasterio, para que no haya polvareda. Sobre el acerado, queremos badenes pequeños en la calle Traviesa para que los coches no atropellen a nuestros hijos.
-¿Cuál es la relación que mantienen los vecinos con el actual Ayuntamiento?
-Es buena, pero necesitamos mucho más. Hay varias promesas que se las recordamos siempre, como la Nave de Renfe y los solares que hay en la zona contigua al edificio CREA. Nosotros somos muy reivindicativos, y nos sentimos con los mismos derechos que un vecino del Centro o de Los Remedios: no queremos tener solares ni cableado eléctrico al lado de nuestras viviendas, pues así nos los prometieron cuando las compramos.
-Siete años de obras y de nuevo otro parón para el futuro centro cívico de San Jerónimo. Parece como si se tratara de un proyecto maldito...
-Y nos ha dicho que es para largo. Ahí han entrado los jueces... Aquí le pido a la Administración que sea contundente, y que si tiene que entrar en un procedimiento judicial que lo haga ya. El barrio necesita un centro cívico y el Ayuntamiento tiene que dar una respuesta, y Participación Ciudadana también tiene que dar una respuesta. Pusieron uno provisional, que se cae a cachos. Es de vergüenza que un barrio como San Jerónimo no tenga un centro cívico. Si se abriera el nuevo en el monasterio, sería el enganche del barrio con Sevilla, pues vendrían muchos turistas a verlo, junto con el Huevo de Colón y el Templete de San Onofre. Eso sí, si no se va a abrir, hemos pedido que el hotel de entidades sea para centro cívico antes que para otras entidades.
-¿Por qué cuesta tanto hacer las cosas en San Jerónimo?
-En el Gobierno local anterior había como un silencio, porque supuestamente era un barrio obrero y las cosas estaban como paradas no sé si porque eran del mismo signo político o qué. Cuando nosotros llegamos hace cinco años, no había ningún movimiento reivindicativo en el barrio. Sin embargo, sí nos habían vendido que era un barrio luchador y muy arraigado y nosotros lo pudimos ver efectivamente cuando hubo problemas con el tema de la mezquita y cerca de mil vecinos nos echamos a la calle en lo que algunos tacharon de una manifestación xenófoba y racista. En ningún caso fue así. Actuamos en favor de los vecinos y del futuro del barrio, no en contra de nadie.
-¿Qué proponéis para recuperar el templete de San Onofre?
-Ahora mismo está apuntalado y parado. Abandonado de la mano de Dios. Cuando hubo dinero no lo hicieron y ahora... Proponemos que si lo tienen que trasladar por las vías del AVE, que lo lleven a nuestra zona del barrio. Para nosotros sería un orgullo.
