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San Juan llora al joven atropellado en Los Remedios

Los jovencísimos chavales del Atlético Libertad, el equipo de primera juvenil de Mairena del Aljarafe, cambiaron ayer el partido por una triste cita: acompañar a familiares y amigos en el entierro de uno de sus jugadores, el joven atropellado en Los Remedios. Foto: José Manuel Cabello.

el 15 sep 2009 / 17:24 h.

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Los jovencísimos chavales del Atlético Libertad, el equipo de primera juvenil de Mairena del Aljarafe, cambiaron ayer el partido por una triste cita: acompañar a familiares y amigos en el entierro de uno de sus jugadores. Antonio Olmedo, de 17 años, falleció atropellado en Los Remedios la madrugada del sábado.

El sepelio, celebrado ayer en la parroquia de San José Obrero en San Juan de Aznalfarache, fue multitudinario porque Antonio era muy conocido en el fútbol sevillano tras seis años como jugador del Atlético Libertad, donde lo apodaban Wili. Por eso, acompañando a sus allegados estuvieron el presidente del club, Antonio Rojas, la junta directiva y toda la plantilla del juvenil, que pidió permiso a la familia para lucir en el entierro de su compañero la equipación de color negro del equipo.

El Atlético Libertad suspendió el sábado su partido contra el Algabeño en señal de duelo, y el que debía jugar ayer la categoría senior contra el Santiponce; otros equipos guardaron un minuto de silencio o enviaron su pésame. Miembros de la Federación Sevillana de Fútbol fueron al entierro de Antonio, "un chaval maravilloso en lo humano y un defensa central con unas cualidades admirables", como lo definió el presidente de su club, que prepara un homenaje en su web para recordar su trayectoria. "Queremos hacerle algo especial porque era ejemplar, como persona y como futbolista", asentía César, otro compañero, mientras recopilaba fotos de partidos de Wili.

La muerte del joven en el sexto atropello grave en Sevilla en sólo 10 días -dos con víctimas mortales- fue un mazazo para familiares y amigos, que desbordaron la parroquia y quisieron rendirle un último homenaje: cuando iban a introducir el féretro en el coche fúnebre, varios de los asistentes más jóvenes, que eran mayoría, empezaron a gritar: "¡A hombros!". Sostuvieron el ataúd entre varios y recorrieron el pueblo portándolo así hasta el cementerio.

Su muerte se produjo de forma accidental, cuando Antonio, que tenía tres hermanos y acababa de empezar a trabajar en la construcción, iba con unos amigos a coger el autobús de vuelta a casa tras una noche de marcha en Los Remedios y se inició una pelea, de la que intentó huir corriendo. Se saltó la mediana de la avenida Carrero Blanco y fue arrollado por un Ford Focus rojo, que le provocó lesiones tan graves que falleció horas después en el hospital. El conductor del vehículo, que dio negativo en la prueba de alcohol y que conocía a Antonio, intentó ponerse en contacto con la familia para mostrar sus condolencias.

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