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Cofradías

San Pablo le hizo frente a sus temores

La hermandad se sobrepuso a la pesadilla de 2010 y a dos años sin salir.

el 26 mar 2013 / 00:59 h.

Salida del paso del Cautivo de San Pablo Salida del paso del Cautivo de San Pablo El Polígono San Pablo se deshizo ayer de las pesadillas que atenazaban a la hermandad desde 2010. Un arrebato de arrojo, prácticamente por aclamación popular y similar al que tuvo aquel año que acabó pasado por agua, le hizo salir a campo abierto con un pronóstico incierto en lo meteorológico y demasiado camino por delante sin lugar en el que guarecerse. Pero, esta vez, el aguacero no le sobrevino en Luis Montoto niEl Cautivo tuvo que acelerar a más no poder para llegar empapado a El Salvador. Encomendados a su suerte, esquiva los últimos tres años, salió victorioso en su envite con la meteorología y, de paso, sirvió de aliento para el resto de cofradías de un encapotado Lunes Santo. No fue fácil. Aun estando en su barrio, el chirimiri hizo acto de presencia varias veces. Una de ellas hizo incluso que la avenida de la Soleá se poblara de paraguas. Pero ni por esas. El capataz dio el alto, aunque no para dar marcha atrás, sino para alentar a sus costaleros a animar el paso. Era la consigna impuesta por el vecindario, que no podía permitir un tercer año sin ver a sus imágenes. Desde la misma entrada de la parroquia de San Ignacio de Loyola, todos se encomendaban a la heroicidad. “Mis hermanos no se merecen quedarse otra vez en casa”, se sinceraba el hermano mayor, Miguel Ángel Campos. “Aunque sea con botas de agua”, añadía, por lo bajini, un osado costalero, aunque no hicieron falta. El optimismo era contagioso en un barrio engalanado para la ocasión. La avenida Pedro Rome- ro se convirtió en la Sierpes de San Pablo, con sus balcones decorados en tonos burdeos y en los que se daba cita toda la familia. Abuela, madre, hija, primos. No cabía ni un alfiler.Abajo, a pie de calle, el palco de autoridades, es decir, la gente más querida del vecindario. Eli era una de ellas. Con el alma cándida de una niña y el espíritu de superación de un gigante, describió una a una las novedades, como la nueva túnica de El Cautivo, hasta la anécdota de que “en la canastilla hay un escudo del Betis y otro del Sevilla”. Eli pertenece a la Asociación Niños con Amor, dedicada a la atención de personas con discapacidad intelectual, y que convive día a día con la hermandad. No en vano, uno de sus dos centros de día está puerta con puerta, como explicó ayer María Jesús Balbás, que se deleitaba al ver que sus acompañantes disfrutaban mirando al cielo y reivindicando que esta vez no llovería. Al lado, otro palquillo impro- visado con los mayores. Como Ildefonso Becerra, de 77 años, y residencia del centro Vitalia.Asu edad y operado de las dos rodillas, le pidió a El Cautivo dos deseos: “Salud y trabajo”, sobre todo para dos de sus 4 hijos que, por desgracia, están en el paro. La arenga venía de todos los rincones, hasta de un grupo de pequeños que, subidos a las vallas, jaleaban un “que salga ya” que sólo fue interrumpido por la apertura del portalón para mostrar su dorada cruz de guía. Los animosos nazarenos dieron paso a El Cautivo y Rescatado, que dio sus primeros pasos en San Pablo al son de Cautivo de un barrio y Mi Madrugá, que fueron interpretadas por la banda cornetas y tambores de las Tres Caídas. Minutos después aparecería la Virgen del Rosario Coronada, con nuevos sones, un exorno floral de rosas de color rosa y lilium y con una sobriedad y delicadeza en el conjunto de su palio que, por cierto, está en pleno proceso de renovación de la mano del taller de Charo Bernardino.

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