Pese a que en los últimos dos meses del año la pérdida de viajeros del aeropuerto de San Pablo se ha reducido, gracias al repunte de los pasajeros internacionales, por segundo año consecutivo el balance anual del aeródromo arroja cifras negativas y 2013 acabó con 3,6 millones de viajeros, lo que supone 604.293 menos que los registrados en 2012, una caída del 14,1%. 
Es el segundo año consecutivo en el que San Pablo sufre una reducción de tráfico, bajada que de nuevo supera los 600.000 viajeros. De hecho, aunque en términos porcentuales en 2012 cayó menos, un 13,5%, respecto a 2011, en términos absolutos fueron 667.339 viajeros menos, ya que 2011 fue el mejor año del aeródromo sevillano en el que llegó a tocar techo al rozar los cinco millones de pasajeros y estar a punto de superar al de Valencia, entonces su inmediato competidor. Una situación muy diferente a la actual cuando el tráfico registrado se sitúa en los niveles de 2005. Desde ese año, San Pablo no bajaba de los cuatro millones de pasajeros y el año que acaba de terminar se ha quedado muy lejos de esa cifra.
El pasado día 8, durante la inauguración de la nueva ruta a Basilea de la compañía Easyjet, el director del aeródromo, Jesús Caballero, reconoció que no se espera que el año 2014 sea mejor y la previsión es que sea en 2015 cuando comience la remontada. Aena prepara un plan específico para impulsar San Pablo mientras a nivel provincial, Junta, Ayuntamiento, sindicatos y empresarios han constituido una mesa que quiere debatir y aportar propuestas para fidelizar rutas existentes y captar nuevas. El descenso de pasajeros no es exclusivo del aeropuerto de Sevilla y de hecho la red de Aena terminó en conjunto en 2013 con una caída del 3,5%. Pero mientras la pérdida global de viajeros se ha reducido (el año pasado la caída fue del 5%), en San Pablo ha crecido. La clave es que el 70% del tráfico de Sevilla es nacional, un sector en crisis por la situación económica. De hecho, es el repunte del tráfico internacional de los dos últimos meses (en noviembre creció un 1,7% y en diciembre coincidiendo con las fiestas navideñas experimentó un espectacular auge del 15,4%) el que ha paliado la caída en picado, aunque aún insuficiente para contrarrestar la pérdida de viajeros nacionales (que bajó un 9,1% en noviembre y un 6,7% en diciembre).
Las rutas internacionales son, además, muy dependientes de compañías low cost con una estrategia de vuelos estacionales. Por ello, Aena y las administraciones públicas apuestan por campañas de promoción turística buscando nuevos destinos y más estables.
La caída de las operaciones es similar a la de pasajeros mientras que crece el tráfico de mercancías, con 5.070 toneladas, un 6,2% más que en 2012, cuando también bajó.
