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San Palop es eterno y el Sevilla, finalista

El Sevilla jugará la final de la Copa del Rey después de dejar en la cuneta al Getafe, que se impuso por 1-0 en el Coliseum, pero se topó con un gran Andrés Palop, que con sus intervenciones privó al equipo de Míchel del gol que le hubiese llevado a la prórroga.

el 10 feb 2010 / 21:39 h.

Escudé evita una ocasión de gol ante Soldado y Casquero.

El Sevilla disputará su séptima final de Copa el próximo mes de mayo tras dejar en la cuneta al Getafe. Sin duda, todo un éxito para la entidad y para Manolo Jiménez, que tendrá la posibilidad de dar su primer título a una afición ávida de éxitos. El Sevilla repite final sólo tres años después de la última, cuando conquistó su tercer título en este torneo tras los de 1935, 1939 y 1948. Sólo en dos ocasiones cayó en el partido donde se decidía el campeón (1955 y 1962) y ahora tendrá una gran oportunidad para celebrar lo que tanto desea el sevillismo: un alegrón de verdad.

Muchos han sido los sinsabores y grandes son las exigencias a este Sevilla con un plantel diseñado para estar entre los mejores, y es por ello que la clasificación para la final deba considerarse todo un éxito. Éxito que llega pesar del lamentable partido realizado ayer y que sólo la espectacular actuación de Andrés Palop impidió que se tornara en remontada épica. Porque, por mucho que avisó, de nada sirvió. Una cosa es tener un buen equipo, buenos propósitos, y otra muy distinta sacarle rendimiento, y ayer el baño del Getafe fue total y absoluto, una vez más.

Míchel apostó por el tándem Boateng-Casquero, con Parejo de enganche y Soldado, recuperado de sus problemas físicos, en punta. Entre estos y Pedro León, peligrosísimo por banda derecha, el Getafe tuvo hasta cinco ocasiones claras antes del descanso. La primera, a los cinco minutos, en un fallo defensivo donde Palop evita que Soldado marque; la segunda, dos minutos después, esta vez con el palo como protagonista; la tercera, de Parejo, que entró en el área solito y vio cómo el portero repelía su disparo; la cuarta, de Manu, a la media hora, cabeceando fuera en buena posición; y la quinta y última antes del descanso, a cargo, una vez más de Soldado, que remató cruzado por encima del larguero.

La primera parte que hizo el equipo de Jiménez fue para olvidar. Ni defendió ni atacó. Fue un alma en pena por el Coliseum, encomendado a San Palop y a un golpe de suerte, demostrando no estar a la altura de las circunstancias. Sólo tuvo una ocasión: un centro de Jesús Navas que Perotti no aprovechó en boca de gol.  Por si faltaba algo, Iturralde González  expulsó a Jiménez (minuto 24) tras protestar una falta.
Mucho se había hablado de la debacle de San Mamés. La primera parte de aquel choque fue similar, con la salvedad de que el  Getafe no tumbó al Sevilla antes del descanso de auténtico milagro. Sólo el enorme desgaste del equipo de Míchel fue positivo para sus intereses. Brillante la labor del ex del Real Madrid, llamado a hacer cosas importantes si es capaz de sacar la mitad de fruto a un grande que a este Getafe, amante del fútbol de toque y con más garra siempre.

Pero fue tanto el cántaro a la fuente que empezó a romperse. Nada de lo dicho en el vestuario sirvió. El Sevilla siguió con su planteamiento de esperar y salir a la contra y fue incapaz de reaccionar. Una jugada por la izquierda entre Manu y Parejo terminó con el balón en el fondo de la red tras un espectacular cabezazo de Soldado, adelantándose a su par y sin que Palop pudiese hacer nada por evitarlo. El Coliseum se caía. La remontada se veía un poco más cerca.

El Getafe siguió matándose sobre el césped. El delantero valenciano tuvo el gol en sus botas, pero de nuevo el portero del Sevilla evitó que marcase. Ver para creer el lamentable partido del equipo de Jiménez, quien, pese a ser expulsado muy pronto, continúa siendo su máximo responsable y es culpable tanto del éxito de estar en la final como de haber jugado ayer cona auténtico fuego en el campo de un equipo modesto y sin superestrellas.

Dos nuevas intervenciones de Palop, quién si no, ante Soldado, que le recordará por los siglos de los siglos, y otra a Boateng evitaron que el Getafe empatara la eliminatoria. Y el Sevilla, que por fin atacó un par de veces con sentido, fue incapaz de hacer daño mientras era avasallado. Pese a su desgaste, increíble, el equipo de Míchel rozó el empate hasta el tiempo de prolongación. El sevillismo y Jiménez están de enhorabuena. Hay que disfrutarlo. Pero también analizar cosas.

1.- Getafe: Ustari; Miguel Torres (Cortés, min.46), "Cata" Díaz, Rafa (Miku, min.83), Mané; Boateng, Casquero; Pedro León, Parejo (Albín, min. 71) Manu del Moral; Soldado.

0.- Sevilla: Palop; Adriano, Escudé, Juan Cala, Fernando Navarro; Zokora, Romaric (Duscher, min. 60); Jesús Navas, Renato, Perotti (Fazio, min. 90); Luis Fabiano (Kanouté, min. 79).

Goles: 1-0, min. 52: Soldado.

Árbitro: Iturralde González, del Comité Vasco. Mostró cartulina amarilla a Palop (min.20), Fernando Navarro (min.38), Romaric (min. 60) y Renato (min,78), por parte visitante. Amonestó a Boateng (min. 25) y a Soldado (min. 64), Mané (min. 67) por parte local. Expulsó con roja directa al entrenador del Sevilla, Manolo Jiménez (min. 25)

Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey disputado en el Coliseum Alfonso Péreza ante cerca de 14.000 espectadores. Vicente Del Bosque, seleccionador nacional, presenció el encuentro desde el palco.

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