Había prisas por inaugurar el curso pastoral en San Roque para evitar la fuga de feligreses a otras parroquias. Niños de Primera Comunión, grupos de catequesis de confirmación, libro de bodas... Todo la actividad propia de una parroquia debía echar a rodar al inicio de curso para despejar la más mínima duda y evitar la diáspora de parroquianos. De ahí que, a pesar de que las obras de restauración que se acometen desde el pasado mes de diciembre en el templo aún no han concluido, el párroco de San Roque, Manuel Gordillo, haya hecho todo lo posible y lo imposible para que ayer lunes día de la Natividad y aniversario de su toma de posesión hace cuatro años se oficiara la primera misa en su interior, nueve meses después de su apresurado cierre.
Prueba de las prisas por abrir de nuevo las puertas del templo al culto es que en la mañana de ayer los operarios de una empresa de limpieza se afanaban aún en su interior en una auténtica contrarreloj por pasar la aspiradora, escamondar los bancos, sacarle brillo al suelo y desmontar un gigantesco andamio situado a los pies de la iglesia.
Los feligreses que por la tarde acudieron al templo de Carmen Benítez para reencontrarse con su parroquia tuvieron que abrirse paso para sortear el andamio de siete plantas que oculta parte de la fachada del edificio, una estructura monumental que facilita el acopio de materiales para las obras de reforzamiento de la techumbre de la iglesia que todavía se están realizando en la zona correspondiente a la nave de la epístola.
Ya en el interior, los parroquianos no advirtieron ninguna diferencia aparente que evidenciara el rastro de estas obras de restauración, a excepción hecha de que la enorme grieta que recorría longitudinalmente la nave central, desde el coro hasta el presbiterio del templo, ha desaparecido.
Con todo, todavía quedan obras por hacer en San Roque, de ahí su reinauguración oficial se haya fijado el próximo 5 de octubre, día en que el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, presidirá una misa de acción de gracias por la feliz culminación de los trabajos de restauración. Hasta entonces, en el interior del templo se irán culminando distintas intervenciones menores, como la limpieza o la colocación definitiva de parte del mobiliario.
Las hermandades con sede en el templo San Roque y la Virgen de la Sierra retornarán a su casa los días previos a la inauguración. La cofradía del Domingo de R amos, en concreto, planteará un traslado público de sus imágenes con sus tres titulares: el Cristo de San Agustín, el Nazareno de las Penas y la Virgen de Gracia y Esperanza.
El hermano mayor de San Roque, Antonio Barrero, explicó a este periódico que la fecha de ese traslado aún no está decidida, aunque para el mismo se barajan los días inmediatamente anteriores al de la inauguración oficial de la iglesia. Una posibilidad que se está planteando es que al cortejo de traslado de los titulares de San Roque se sume también la imagen gloriosa de la Virgen de la Sierra cuando la comitiva llegue a la altura de la capilla de los Negritos, «aunque todo va a depender de que se puedan conjugar las autorizaciones tanto del arquitecto como de Palacio» para que ambas corporaciones culmimen el traslado juntas, explicó Barrero.
La iglesia de San Roque fue cerrada al culto el pasado 11 de diciembre ante el «estado límite de agotamiento» que presentaba la estructura portante de la cúpula del presbiterio y de la cubierta del templo, una situación sobrevenida que obligó a la cofradía de San Roque a trasladar a sus titulares al convento de San Leandro y a la corporación gloriosa de la Sierra a cruzar de acera para cobijarse en la capilla de Los Negritos.
