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Sanidad investiga si una mujer murió del mal de las vacas locas

Las autoridades sanitarias investigan el fallecimiento de una mujer castellanoleonesa relacionado con la variante en humanos de la encefalopatía espongiforme, conocida como mal de las vacas locas, que había perdido un hijo el pasado mes de febrero aquejado de esta patología. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 10:44 h.

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Las autoridades sanitarias investigan el fallecimiento de una mujer castellanoleonesa relacionado con la variante en humanos de la encefalopatía espongiforme, conocida como mal de las vacas locas, que había perdido un hijo el pasado mes de febrero aquejado de esta patología. Así informó a Efe el jefe de la Unidad de Neuropatología de la Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid), centro de referencia nacional, Alberto Rábano, quien precisó que si se confirma este supuesto sería "el primer caso del mundo" en el que dos miembros de la misma familia han perdido la vida por la enfermedad de Creutzfeld-Jakob.

La mujer, de unos sesenta años, murió la semana pasada en el Hospital de León, donde se le practicó la autopsia y las pruebas fueron enviadas al laboratorio de referencia en que se analizarán los tejidos.

Este caso, que supondría la tercera víctima mortal registrada en Castilla y León por la enfermedad en tan sólo ocho meses, ha sido también notificado al Instituto de Salud Carlos III de Madrid. La fallecida sufría una enfermedad neurológica sin determinar, sospechosa de ser la variante humana de las vacas locas, lo que ha activado los protocolos que se siguen para confirmar la naturaleza de una patología que se transmite por la ingesta de carne infectada.

Los análisis pueden tardar hasta un mes en arrojar resultados, mientras se llevan a cabo otras pruebas histológicas, concretamente una de tejidos frescos en un centro de referencia de Bilbao. El catedrático y presidente del Colegio de Veterinarios, Juan José Badiola, recordó que la contaminación se produjo antes de la puesta en marcha del sistema de vigilancia actual, que entró en vigor en 2001.

Badiola reiteró además su teoría de que, dado que esta enfermedad tiene un proceso de incubación que oscila entre los ocho y diez años, podrían aparecer nuevos casos en humanos en este plazo.

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