Papá Noel llegó el sábado a la residencia para discapacitados ASAS para repartir regalos que, eso sí, esta vez fueron transportados en más de 80 motocicletas procedentes de un club de Sevilla que visitaron Dos Hermanas. De este modo, la harley sustituyó a los tradicionales renos.
La idea partió de la tienda Motorsports, que desde hace cuatro años visita colegios y residencias para discapacitados para repartir regalos con sus socios disfrazados con el tradicional mono rojo que caracteriza a Papá Noel.
El primer año fueron 20 motocicletas las que viajaron hasta un colegio de Alcalá de Guadaíra. Este año, y gracias a los foros de internet, se corrió la voz propiciando que fuera la cita más concurrida de todas. Más de 80 motocicletas recorrieron ayer el centro de Sevilla con una gran aceptación de público.
Uno de los moteros que hizo el trayecto comentó que al salir temprano de la capital hispalense "no esperaba que hubiera muchos niños por las calles". Nada más lejos de la realidad, antes de llegar a la Plaza de la Alfalfa ya se le habían acabado los caramelos para regalar, lo que perjudicó a los chavales de Bellavista y de Dos Hermanas, por donde también tenían previsto pasar repartiéndolos.
Los motoristas habían elegido para esta edición a la Asociación Sevillana de Ayuda al Discapacitado (ASAS), que se dedica a cuidar a cualquier persona con discapacidad mental. Cuenta con 69 residentes y atiende a más de 109 en el centro ocupacional, por lo que el recinto se ampliará para ofrecer mejores servicios.
Los motoristas hicieron una entrada espectacular en la residencia con pitos, villancicos y varios sacos de regalos sobre el mediodía. Habían logrado reunir más de 1.500 euros para los obsequios. Con anterioridad, se habían puesto de acuerdo con la dirección de ASAS para que los regalos fueran personalizados.
Durante la entrega, muchos de los destinatarios se pusieron a llorar de la emoción que sentían y algunos pidieron a su Papa Noel particular que se quedara hasta por la noche, para hacerles compañía. Desde la dirección, aseguraron que "pasará mucho tiempo hasta que los residentes olviden este día tan especial".
Con esta iniciativa, los miembros del Club de Motos y Ahora Ké quisieron reivindicar que los moteros no son "gente loca" que siempre está de fiesta, sino que también tiene detalles para aquellos que lo necesiten.
Por su parte, el presidente del Club Correcaminos, Sebastián Jiménez, declaró que los motoristas son siempre "hermanos" allá donde van y tratan de echar una mano en la medida de lo posible. "Los clubes de moteros deben servir para dar responsabilidad a los que se inician en este mundo y en el nuestro todos respetan las normas de tráfico", sentenció al respecto.
Igualmente, los que se congregaron en Dos Hermanas coincidieron en que son los más beneficiados a la hora de cumplir las normas de tráfico, ya que actualmente para entrar en un club de este tipo hay periodos de hasta tres meses para ver que uno se comporta como es debido en la carretera, con el fin de evitar comportamientos ilegales.
Una de las razones de estas normas, según apuntaron, es que la mayoría "ya hemos enterrado a muchos amigos por culpa de la imprudencia y las locuras". Las asociaciones de motoristas son ahora un foco de enseñanza para los jóvenes.
