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Santa Justa está en sus manos

A veces las mejores ideas son las que tienen los niños y en el concurso que ha convocado Renfe han ganado los nuestros.

el 16 sep 2009 / 01:58 h.

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A veces las mejores ideas son las que tienen los niños y en el concurso que ha convocado Renfe han ganado los nuestros.

Una de las grandes ventajas de ser niño es que su imaginación no tiene límites y bien usada puede servir para mejorar la vida de los mayores. Precisamente eso es lo que han conseguido los alumnos de primero de ESO del instituto Isbilya de Sevilla con las 49 propuestas del proyecto que han presentado a Renfe para el IV Concurso Nacional de Investigación Medioambiental y Desarrollo Sostenible y que ha resultado ganador.

Titulado Nuestra estación de Santa Justa, aún más Justa, el proyecto propone ideas como instalar placas solares como cubierta de la estación y de los aparcamientos o plantar un jardín botánico de especies medicinales para lograr una mejora medioambiental, moral y práctica del recinto.

Para los alumnos este concurso es algo más que una manera de subir nota porque sus propuestas son de lo más serias. Y así, en serio, se lo han tomado en Renfe que se ha volcado al máximo con este proyecto y se ha comprometido a estudiar las sugerencias y enviarlas a Adif para que puedan darles salida. Las que sean viables, aseguran, se pondrán en marcha en Santa Justa.

Otro de los premios del concurso -eran cinco en total- fue para un colegio de Burgos, que propuso instalar en su centro un invernadero para sembrar semillas y poder alimentar a niños del Tercer Mundo con la colaboración de diferentes ONG. Otro apostó por aplicar el sistema Kers -un sistema de recuperación de energía cinética usado en los coches de Fórmula-1-, a los trenes para que estos puedan reutilizar la energía que generan al frenar.

Pero intentar poner en marcha las propuestas de los niños es sólo una parte del premio que concede Renfe a los ganadores y a juzgar por las caras de los niños no podrían haber acertado más con el otro regalo: un viaje a Madrid en AVE -para muchos fue su primera vez- en clase preferente y a cuerpo de rey. A bordo del tren hubo tiempo para juegos pero también para hablar del premio. El profesor Jorge Fernández es todo un veterano en este concurso -no es la primera vez que uno de sus grupos se lleva el premio-y explicaba que tiene "muchas ganas" de seguir fomentándolo. Una de sus mayores satisfacciones, decía, es que sus alumnos se vayan a casa con la lección bien aprendida. "Antes había oído que la ecología era importante pero ahora que lo he vivido soy mucho más consciente y no me voy a olvidar de esto", contaba Jassmin Keco. Otra alumna, Sofía Ramírez, aseguraba que estudiará Biología y que le preocupa el medio ambiente "tanto que me dedicaré a idear proyectos como este en un futuro".

Pero a los ganadores les esperaba aún otra sorpresa al final del viaje. Una vez en Madrid, pudieron recoger en la misma estación el premio gordo: una Nintendo Wii que fueron recogiendo uno a uno -se repartieron alrededor de 40- entre el almuerzo y la merienda que les ofreció la organización del concurso.

Con sus propuestas, estos futuros ingenieros, abogados, publicistas y hombres y mujeres del mañana en general han demostrado que la generación que viene está más que dispuesta a enmendar los errores de esta y a no permitir que se siga maltratando al planeta. Lo que tienen claro es que se sentirán "realmente satisfechos" cuando vean que la estación de Santa Justa ha mejorado gracias a su trabajo.

Está claro que los niños son el futuro y en esta ocasión han demostrado que vienen pisando fuerte y que están dispuestos a callar a todo el que se le ocurra decir que el mundo no queda en buenas manos. Por lo pronto, los alumnos del Isbilya volvieron a casa de su viaje dándole vueltas ya a cual será el proyecto para el próximo año.

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