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Santiago del Valle: "No tengo ni idea de qué le pasó a Mari Luz"

El acusado se retracta y dice que la Policía le coaccionó para autoinculparse del crimen de la pequeña onubense.

el 16 feb 2011 / 20:56 h.

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El presunto asesino de Mari Luz, durante su comparecencia en el juicio.
El principal acusado por la muerte de la niña Mari Luz Cortés, Santiago del Valle, se ciñó ayer fielmente al manual del falso culpable. Uno: sólo respondió a las preguntas de su abogado. Dos: se retractó de todas sus declaraciones anteriores, de las que hizo ante el juez hace tres años, confesando que se deshizo del cadáver, y de las que hizo ante la Policía, explicando cómo lo hizo. Tres: acusó a los agentes de haberle coaccionado para autoinculparse, lo cual explicaría las contradicciones entre la primera versión y la última: "Me ajusté a lo que la Policía me pidió. Incluso llegué a creer que también era culpable de la desaparición de Madeleine" [McCann, la niña británica desaparecida en Portugal en 2007]. Entonces, ¿qué le ocurrió a la pequeña?. "No tengo ni idea de qué le pasó a Mari Luz", concluyó Del Valle.

 

El 13 de enero de 2008, Mari Luz Cortés, de 5 años, salió de su casa y fue al quiosco de la esquina a comprar caramelos. Su cadáver apareció 54 días después en una ría de Huelva. Dos meses más tarde, la Policía arrestó en Cuenca a Santiago del Valle, un vecino de los Cortés que desapareció el mismo día que la niña. Del Valle había sido condenado antes por abusar sexualmente de su hija de cinco años en 2005. Cuando le detuvieron, confesó que, desde la ventana de su casa, había visto a Mari Luz pasar, la llamó para que subiera y la pequeña tropezó, cayó por la escalera y quedó inconsciente. Del Valle pensó que estaba muerta y arrojó su cuerpo a una alcantarilla.

Dos años después ha comenzado en la Audiencia Provincial de Huelva el juicio del caso Mari Luz, en el que Santiago del Valle se enfrenta a 23 años de cárcel y su hermana Rosa, a 17. Durante todo este tiempo, Del Valle ha permanecido en prisión preventiva en una cárcel de Granada). Ayer, en chandal y abrigado con un forro polar, cambió radicalmente su relato de los hechos, se presentó como un testigo de la tragedia, como una víctima de la extorsión policial, de las amenazas de los gitanos -en alusión a la familia Cortés- y ajeno a todo lo que le sucedió a la niña.

El fiscal, Alfredo Flores, viendo que no podía interrogar al acusado, ordenó al secretario del juzgado leer en voz alta las declaraciones que éste hizo ante el juez y ante la Policía en 2008: ahí estaba el Del Valle que confesó haber atraído a la niña con un "oso blanco de peluche", el que dijo que, cuando la vio tropezar y caerse, "no la tocó porque no le dio tiempo", el que reconoció que "no puede evitar lo que le ocurre con las niñas" y el que, al pensar que estaba muerta, se asustó, "cogió un carrito de la compra, metió el cuerpo, lo tapó con un chaquetón y lo tiró por una alcantarilla". El cadáver apareció en las marismas con agua en los pulmones, lo que significa que la niña estaba viva cuando fue arrojada a la alcantarilla.

En su siguiente declaración, Del Valle incluso especuló con que el cuerpo pudo ser "arrastrado por las corrientes" y añadió que ese día se limpió las botas "para que no se encontraran restos orgánicos y también el chaquetón por lo menos tres veces". Al oír su propia autoinculpación, Del Valle cargó contra la Policía por "obligarle a decir y firmar todas esas cosas". "Desconocía lo que firmaba. Estaba coaccionado. Tenía un gran cacao en la cabeza y dije lo que querían", matizó. Su declaración duró 45 minutos. Terminó diciendo que sentía la muerte de la niña, porque él también perdió una hija de dos años.

La esposa acusa a la hermana

Isabel García, mujer del presunto autor de la muerte de Mari Luz, inculpó ayer a su cuñada Rosa del Valle y juró que su marido es inocente. “No es un monstruo, el monstruo es ella”, dijo. García aseguró que la hermana de su esposo le confesó que “era la culpable de la desaparición de Mari Luz”. La mujer de Del Valle estaba visiblemente nerviosa. Su declaración tuvo que interrumpirse unos minutos por un ataque de ansiedad. García insistió en que la confesión anterior de su marido fue “inventada” y que la verdad es que el 13 de enero, Rosa del Valle “le enseñó una bolsa de chucherías a Mari Luz, la niña entró en la casa”, se asustó con un ruido, se cayó, se quedó inconsciente y Rosa “la metió en un carrito de la compra y se la llevó a las marismas”. Allí, “la niña empezó a llorar, Rosa del Valle la golpeó en la cabeza y la tiró a la ría”, momento en el que Mari Luz recobró el conocimiento por “el agua fría y pegó manotazos para salvarse, pero el agua se la tragó”.

Rosa del Valle, presunta coautora de la muerte de Mari Luz, se acogió a su derecho a no declarar, pero ratificó la declaración que hizo ante el juez en marzo de 2008,  sembrando dudas sobre Santiago. La hermana dijo que éste “no le había dicho nada de la niña”, pero que aquel día lo llevó en coche a un Carrefour y que éste llevaba un carrito de la compra. Dijo que no acudió antes a la Policía “por miedo a los gitanos y porque no sabía si la niña estaba dentro”.

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