Anticipo de la entrevista al nuevo obispo auxilirar de Sevilla que se publicará de forma completa en la edición de mañana de El Correo de Andalucía.
-¿Le molesta que le hayan colgado el cartel de ser el hombre que empujó a Cajasur al abismo?-Bueno... es inevitable. Uno asume su propia historia. A veces pienso que 28 años de cura, de los cuales tres y medio he sido presidente de Cajasur, me parece que esos tres y medio van a teñir durante tiempo el resto. Bueno, primero, yo no he llevado a Cajasur al abismo, en absoluto. Y no la he llevado al abismo porque Cajasur se ha fortalecido como entidad financiera con la absorción por la BBK, su plantilla ahí está y sus clientes tendrán un servicio financiero de primera calidad. Ni los trabajadores han perdido su puesto de trabajo, ni los impositores han perdido sus ahorros ni se ha dejado de hacer un servicios a los clientes, con lo cual, yo no he llevado a Cajasur al abismo.
-¿Y por qué se prefirió que se interviniera Cajasur a la fusión con Unicaja?
-Pues porque no había acuerdo laboral con Unicaja. Desde el principio, desde que decidimos que la caja ya no era viable en solitario, establecimos como una condición sine qua non el acuerdo laboral. Yo dije siempre que si no había acuerdo laboral no habría fusión. No hubo acuerdo laboral, no hubo fusión, sencillamente.
-Griñán le culpa de que esta maniobra haya abortado la creación de la caja única andaluza. ¿Se siente usted culpable?
-El presidente, como todas las personas que han intervenido en este tema, saben lo que ha pasado perfectamente. Creo que culparnos a nosotros no es justo. Intentamos hacer la fusión con quien nos dijeron y luego no fue posible. ¿Nosotros qué tenemos que ver en lo que hayan hecho otras cajas de ahorro y por qué no se han unido con Unicaja?
-¿Cree que su pasado puede afectarle a las relaciones institucionales en Sevilla?
-No lo sé. Yo no tengo ninguna dificultad con nadie. Yo he cumplido con mi responsabildad y supongo que cada uno tendrá la idea de que ha cumplido con la suya.
