Sanz negocia su candidatura con las provincias pero sin ceder el ‘número dos’

Los dirigentes aseguran que se buscará al candidato «más fuerte», pero Cádiz, Almería y Málaga dudan de que éste sea el alcalde de Tomares

el 08 feb 2014 / 22:30 h.

Arenas, Zoido, Cospedal y Sanz, el pasado miércoles Arenas, Zoido, Cospedal y Sanz, el pasado miércoles El secretario general del PP-A, José Luis Sanz, negocia contrarreloj su candidatura con los ocho presidentes provinciales para lograr una lista única que salga ganadora y fortalecida del congreso extraordinario del 1 y 2 de marzo. Ese es el objetivo que se han marcado los populares andaluces después de meses de errores en el proceso «bochornoso» de sucesión de Juan Ignacio Zoido, pero todavía puede pasar de todo. El miércoles acaba el plazo de presentación de candidaturas (solo hace falta reunir 90 avales) y el escenario es aún incierto. Todas las voces aseguran que se apostará por el «candidato más fuerte, por el mejor», pero para varias provincias, concretamente Cádiz, Almería y Málaga, la opción de Sanz no es la más potente para medirse con el ciclón socialista que representa Susana Díaz. De ahí que se sucedan los movimientos internos para, al menos, tratar de colocar a sus afines en la cúpula popular. El entorno del número dos del PP-A lo deja claro: Sanz está dispuesto a pactar su equipo pero la elección del futuro secretario general es «innegociable». «La elección del secretario general le corresponde al presidente. Es así en cualquier partido y también en el PP. Se ha respetado siempre, con Arenas, con Teófila Martínez...», afirman fuentes de la dirección andaluza. Para este cargo suenan la vicesecretaria de Organización, Ana Corredera, que es malagueña pero que no es del círculo del presidente provincial, Elías Bendodo; y el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, cuya salida inminente del ayuntamiento hacia la nueva ejecutiva regional se da por hecha en su ciudad. Otras fuentes apuntan a que las provincias críticas con la designación de Sanz aspiran a elegir al número dos. Cádiz, dirigida por Antonio Sanz, mano derecha de Javier Arenas y portavoz de la única ponencia del congreso, podría pujar por situar a la delegada del Gobierno, Carmen Crespo. «Que la presenten de candidata, a ver si tiene apoyos suficientes», les reta el entorno de Sanz. Málaga directamente considera que tiene más opciones electorales Juan Manuel Moreno, número dos del ministerio de Sanidad, que el alcalde de Tomares. Otro de los nombres en liza es el de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, pero todas las fuentes consultadas admiten que «no quiere ni a tiros» porque su vida familiar está en Madrid. A día de hoy, nadie es capaz de descartar una candidatura alternativa a la de José Luis Sanz, pero muchos consideran que esto sería la «puntilla» a una sucesión que está dejando en evidencia las guerras internas en el PP. Detrás del proceso de relevo andaluz, que se parece más a un vodevil, está la vieja pelea de Javier Arenas y Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, una batalla a la que se han sumado otras voces estos días, como la de la madrileña Esperanza Aguirre. Hay diversas versiones sobre lo que ha ocurrido en los últimos días. La interpretación más extendida es la de que Cospedal y Zoido habían acordado tras la Convención Nacional de Valladolid lanzar la candidatura de Sanz en la Junta Directiva del PP andaluz, celebrada el pasado miércoles en Sevilla, pero el presidente del Gobierno y del partido, Mariano Rajoy, volvió a frenar la designación del alcalde de Tomares. La falta de unanimidad en torno al número dos del PP-A, su mancha por la investigación judicial en el Ayuntamiento de Tomares y el hecho de estar fuera del Parlamento andaluz han podido pesar en el nuevo parón de Rajoy (ya lo hizo a finales de noviembre) a la sucesión andaluza. Este golpe en la mesa pudo provocar la cancelación de la cena del martes en el Hotel Meliá a la que iban a acudir los ocho presidentes provinciales del PP-A. La mano de arenas. La otra versión, que sostiene el entorno de Sanz, es bien distinta. Niegan que Rajoy haya frenado el nombramiento del alcalde de Tomares y achacan a Arenas los bulos que, a su juicio, circulan por los medios de comunicación. Aseguran que cuando el que ha sido presidente del PP andaluz durante dos décadas leyó en prensa que la elección de Sanz estaba hecha, empezó a «malmeter». «No soporta que en Andalucía gane el pulso Cospedal. Ha metido por medio incluso a Soraya Sáenz de Santamaría [vicepresidenta del Gobierno]». También insisten en que el «plan inicial» diseñado con Cospedal no incluía dar «ningún nombre» en la Junta Directiva Regional ni en el almuerzo previo con los líderes provinciales para evitar el temido «dedazo». «En ningún momento se pensó en hacer una encerrona a nadie», reiteran. Sobre la famosa cena cancelada, fuentes cercanas a Zoido explican que la convocó como despedida y la suspendió él mismo «enfadado» al ver que se había filtrado. Sea como fuere, el resultado es inédito: el PP andaluz ha convocado un congreso sin candidato y el que tiene más opciones aparece quemado porque la máxima autoridad, que es Rajoy, lo ha dejado dos veces a los pies de los caballos. Aunque el PP-A se esfuerce en garantizar que la solución a la interinidad prolongada en el partido «vendrá de Andalucía», lo cierto es que Rajoy tiene la última palabra. Los tiempos del presidente –pospuso la sucesión andaluza para «después del turrón» pese a la urgencia de la dirección regional– y su silencio están haciendo un flaco favor al PP de Andalucía, que tiene ante sí una tarea titánica: renovar el partido con un proyecto a largo plazo y mantener los magníficos resultados electorales (ganó las municipales, generales y autonómicas).

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