Juega el Betis a una cosa distinta de lo que ha venido ofreciendo con Pepe Mel en las últimas temporadas. Se le llama oficio al efecto de priorizar la portería propia sobre la contraria, una reconversión que todavía no estaba demasiado clara hasta la victoria ante el Villarreal en Heliópolis, precedido de un partido en San Mamés que no gustó nada al entrenador. La cuestión es que lo peor que le puede ocurrir a un equipo es no saber a qué juega, y situarse en
el medio camino es anticipar irregularidad derivada de la necesaria inconsistencia.
El conjunto verdiblanco se ha caracterizado por su espíritu ofensivo. El propio Marcelino García Toral, entrenador del Villarreal, calificaba así al Betis en la previa de su visita al Villamarín, pero se topó con un guión bien distinto. Es complicado mantener esa idea cuando te falta tu mejor delantero, Rubén Castro, a la sazón, uno de los mejores realizadores nacionales de la pasada temporada. Es más difícil todavía si tampoco está Dorlan Pabón, el jugador que aportó el plus de pegada para llegar a Europa. Sólo sin ellos dos, al Betis le faltan 26 goles, los que consiguieron entre ambos la temporada pasada, amén de las asistencias y otras estadísticas muy beneficiosas para el juego ofensivo. Y a pesar de ello Mel no contó en este partido, ni siquiera en la convocatoria, con Brian Rodríguez, el delantero fichado este verano para reforzar la parcela ofensiva, tampoco con Cedrick, otro jugador de ataque que si bien aporta velocidad y llegada, no tiene entre sus virtudes el gol. En el banquillo ante los castellonenses, sólo Chuli como punta específico, además del extremo Juanfran, que tampoco aporta goles.
Así las cosas, el Real Betis ha empezado a tirar de la manta hacia atrás, a arroparse con un buen sistema defensivo que incluye la disposición de un centrocampista más, y en el que gana enteros la presencia de un jugador de ese perfil más adecuado para esa pretensión como Lolo Reyes, que el domingo se alineó en el medio con Matilla, Nosa y Verdú. Lo cierto es que el Betis ha pasado de tener casi siempre en el foco del protagonismo a sus delanteros, a situar a jugadores como Lolo Reyes, Matilla, que a su calidad para la salida del balón está untando un enorme trabajo en la recuperación y la contención, o incluso, más atrás, a Amaya y al portero Guillermo Sara. Fueron los jugadores más destacados del choque, los más reconocidos, y el resultado, victoria con gol de un centrocampista (Nosa) y quinto partido con la portería a cero en los siete últimos (sólo les han hecho goles el Valencia (1) y el Athletic Club (2). Un dato del buen funcionamiento de la defensa fue que provocó que el Villarreal cayera hasta 9 veces en fuera de juego.
El Betis lleva un promedio idéntico de goles a favor y en contra: uno por partido (7 en el global). Es el quinto equipo menos goleado del campeonato y decimocuarto en goles marcados. Guillermo Sara, su portero titular, es el tercero menos goleado por promedio (0,86), sólo por detrás de Víctor Valdés (Barcelona) y Courtois (Atlético), ambos con 0,71. Sara iguala con Roberto (Granada).
La temporada pasada el Betis dejó su portería a cero en 13 ocasiones en Liga. Ahora lleva 3 en siete jornadas, con lo que la proyección es de 16. Anotó 57 goles en 38 jornadas. Si ahora lleva 7, la proyección es de 38, a favor y también en contra (el año pasado recibió 56). H
