No le asusta el parecido físico ni el apellido. Ha llegado con ganas y con la experiencia de las tablas de otros escenarios. La cantante sevillana Sara Vega procede de una familia donde el arte es herencia familiar, entre ellos, el de su hermana, la popularísima actriz Paz Vega.
Sara Vega, que lleva la misma sangre, no se ha decantado por el cine, sino por la música (con permiso del baile flamenco), aterrizando ahora en el mundillo con Sangre revuelta (Warner Music), un disco en el que ha querido plasmar todas sus vivencias y los recovecos de su alma, dice poética.
Aunque ésta es su primera experiencia discográfica, Sara Vega lleva desde su juventud sobre los escenarios, pero con otra rama, la del baile. Con 9 años entró en el Conservatorio de Danza de Sevilla y, junto a grandes compañías de danza y flamenco, pudo recorrer mucho mundo. "La gente piensa que empiezo ahora", explica, pero lo del miedo escénico hace ya tiempo que lo superó (si es que se supera).
Para su primer disco ha contado con un padrino y productor de excepción: Alejandro Sanz. "Se le dio una maqueta y se le pidió consejo como amigo". Lo que Sara Vega nunca se imaginó era que grabaría codo con codo su primer disco de la mano de un gran maestro como Sanz. "No me dijo ‘vamos a grabar un disco', sino ‘vamos a investigar'", cuenta la sevillana. Y eso hizo. Tras dos años y medio de estancia en Miami regresa a su tierra con un disco en el que ha intentado plasmar "las sensaciones de mi alma".
Sara Vega define su estilo como "pop, con aires latinos y flamencos", sobre todo por su voz, "que suena a Sevilla", aunque también lo considera muy chill out. "Es un disco que hay que interiorizarlo, son canciones dedicadas al alma y cada vez que las escuchas vas descubriendo cosas nuevas", afirma.
Admite con una sonrisa que no se lo ha puesto fácil al público que se acerque a escucharla, porque no quiere ser "básica" en la música.
Aunque se confiesa "enamorada" de todas sus canciones, no puede evitar tener una sensibilidad especial con Vuela, tema que canta a dúo con Alejandro Sanz. "Es muy jazz y hay que escuchar lo que dice y cómo la sentimos". Otra gran artista y compositora nacional como Rosana Arbelo también colabora en el disco bajo la letra de Es lo que hay.
La cantante sevillana ha querido que su vida anterior formara parte de esta nueva etapa, por ello ha incluido un zapateao suyo en la canción Copas de silencio. El contrapunto llega con un rap con Ariadna Pueyo en el tema Son iguales.
Su puesta de largo bien puede considerarse que fue el pasado mes de septiembre, cuando actuó como telonera de Alejandro Sanz en los conciertos de Barcelona y Madrid. En aquella ocasión dejó los nervios fuera cuando se plantó frente a 15.000 personas. "Me sentí más tranquila y segura que nunca porque me acogieron muy bien", rememora con una chispa en los ojos.
No le teme a su apellido, es más, lo considera como una "ayuda". Pero sabe que la valía hay que demostrarla sobre el escenario. "El público es el que manda, esto es algo de sensibilidad, de poner los vellos de punta o no, el ser hijo o hermano de aquí no sirve", sentencia.