Cultura

Saramago sigue siendo andaluz

El Maestranza acogió un homenaje al Nobel portugués y el estreno de ‘José y Pilar’

el 17 ene 2011 / 20:37 h.

La viuda de Saramago, Pilar del Río (centro), posa junto a Espadas, Griñán y Monteseirín antes del homenaje celebrado en el teatro sevillano.
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El Teatro de la Maestranza acogió ayer el homenaje que la Junta de Andalucía tributó al escritor portugués José Saramago, nombrado Hijo Predilecto de la comunidad el mismo coliseo sevillano en 2007 y fallecido el pasado año. El acto sirvió también para exhibir en primicia el filme José y Pilar, dirigida por Miguel Gonçalves Mendes y producida por El Deseo, que llegará a las pantallas comerciales el próximo día 28 de enero.

El concurrido evento contó con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, para quien "Saramago, como autor y como ciudadano, fue un militante de las causas mejores, que son las más difíciles. Fue irreductible e implacable con las injusticias; luchó contra todas las formas de dominación desde el profundo respeto a los hombres y a la tierra que practicaba", dijo.

"Muchas veces me he preguntado por qué un escritor como él, tan profundo y a veces difícil, es tan leído", añadió el presidente. "Creo que la clave está en que Saramago sabía expresar la profundidad que todos llevamos dentro y que casi nunca dejamos aflorar".

 Por su parte, el consejero de Cultura, Paulino Plata, destacó las palabras con las que Saramago definió su apego a Andalucía: "Aquí me siento como en casa, y aunque no es mi tierra, es tierra mía", recordó.

En un encuentro previo con los medios de comunicación que tuvo lugar ayer en el mismo teatro, Gonçalves explicó que su filme José y Pilar es el resultado "de cuatro años de trabajo, que han sido muy duros", pero que al mismo tiempo le hacen sentirse "como un privilegiado. José acostumbraba a decir que en una relación de pareja dos personas forman un tercero, y eso es precisamente lo que queríamos mostrar en el filme. La de José y Pilar es una relación muy inspiradora, un amor muy adulto. Otra cosa que solía decir el escritor era que lo peor de la pareja es cuando uno de los dos intenta cambiar al otro, y aquí lo que había era un equipo".

El director portugués llegó a grabar hasta 250 horas de material, y reconoce que "fue una pesadilla dejarlo en las dos horas" que finalmente dura la cinta. En todo caso, subraya que "no es una película biográfica, sino que tiene un marco temporal muy concreto. Cuenta el proceso de escritura de El viaje del elefante, desde la primera idea de la novela hasta su presentación en Brasil. Y en medio está su enfermedad, su lucha por vivir y por salvar un mundo que era un desastre, y lo sigue siendo. José solía decir que él no era pesimista, pero el mundo sí que es pésimo", agrega Gonçalves.

La periodista granadina Pilar del Río, viuda de Saramago y presidente de la fundación que lleva el nombre del Nobel portugués, asegura que de la crítica que ha accedido hasta ahora a la película "sólo ha habido un crítico zafio que le concedió cuatro estrellas; todos los demás le han dado cinco", y celebra el trabajo de Gonçalves "a pesar de que salgo fea y sin maquillaje. La película está llena de su sensibilidad, de sus valores. Se refleja sobre todo el valor del trabajo, el compromiso, la lealtad: si no trabajas todos los días, decía, esto se va al garete".

Cuando se le pregunta cómo es posible contar una historia como la de José y Pilar sin resultar impúdico o indiscreto, Gonçalves sonríe y asevera que "soy un tío aburrido, pero educado", y añade: "Estoy convencido de que un proyecto así sólo puede abordarse con mucho respeto, porque tienes que ganarte la confianza de los protagonistas para que salga la verdad. Pero en cierto modo también fueron engañados, porque creían que la cosa iba para un mes, y se demoró cuatro años".

"Hicimos un pacto -interviene Del Río- por el cual Miguel no condicionaría nuestras vidas. Me decía: ‘Quiero verle desayunando en zapatillas'. ¡No! ‘Quiero filmarle duchándose'. ¡Ni muerta! Al final le permitimos grabar el desayuno de José, pero a condición de que fuera desde el jardín, a lo lejos, con los árboles por medio... Y fui tan imbécil que no sabía que las cámaras tienen zoom".

Para zanjar cualquier duda, el director comenta que "no es una película voyeurista, no es un Gran hermano. Cuando José vio una primera versión, me regaló el mayor elogio que podía esperar: me dijo que es una película sobre la vida y las relaciones entre las personas. Le gustaba que, de alguna forma, todos nos viéramos reflejados en el filme".

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