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Sarkozy echa un pulso a los huelguistas y continúa con sus reformas

Francia sufre el segundo gran pulso entre el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, y los principales sindicatos, que se traduce en una huelga indefinida de los transportes públicos. Sarkozy reiteró que no piensa dar su brazo a torcer. La declaración de intenciones del presidente galo...

el 14 sep 2009 / 20:05 h.

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Francia sufre el segundo gran pulso entre el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, y los principales sindicatos, que se traduce en una huelga indefinida de los transportes públicos. Pese a la dureza de la protesta, Sarkozy reiteró que no piensa dar su brazo a torcer.

La declaración de intenciones del presidente galo tuvo como escenario nada más y nada menos que el Parlamento Europeo. Allí, ante el pleno, Sarkozy aprovechó el discurso que daba sobre Europa para deslizar que llevará "hasta el final" y "con determinación" las reformas económicas a pesar de la nueva serie de huelgas. "Nada me desviará de mi objetivo. Es el mejor servicio que puedo rendir a Europa", subrayó.

Sarkozy reiteró que el éxito de sus reformas "interesa a toda Europa" ya que permitirán a Francia sanear sus finanzas públicas y cumplir sus compromisos con la UE. Asimismo, señaló que el programa de reformas es el más ambicioso puesto en marcha en Francia desde 1958 y que los ciudadanos franceses "las han aprobado" al elegirle para el Elíseo, ya que le votaron como presidente en una campaña basada precisamente en esas medidas.

Los paros empezaron a las 20 horas de ayer en la empresa pública de ferrocarriles, la SNCF, y hoy se unirán la de transportes urbanos de París (RATP) y las compañías de la energía Electricité de France y Gaz de France. Hay pocas dudas sobre el éxito de la convocatoria en el importante sector de los transportes, con el agravante de que el paro puede ser renovado por las centrales cada veinticuatro horas, lo que crea incertidumbre en los usuarios. El primer paro, el 18 de octubre, ya fue seguido mayoritariamente y causó grandes problemas a quienes deseaban desplazarse a su trabajo.

El motivo de la protesta es la intención del Ejecutivo conservador de modificar el sistema especial para acceder a la pensión que tiene medio millón de asalariados de esas compañías, de manera que aumenten, de 37,5 a cuarenta años, el periodo de cotización que da derecho a una jubilación completa.

Aunque el segmento laboral afectado no es muy numeroso el caso se ha convertido en un símbolo del deseo de Sarkozy de aplicar una amplia política de reformas sociolaborales.

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