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Sarkozy gana el asalto a la UE y seguirá deportando a los gitanos

Los 27 censuran a la comisaria Reding y eluden criticar la gestión de Francia.

el 16 sep 2010 / 19:47 h.

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El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ayer junto al líder francés, Nicolas Sarkozy.

El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, se salió con la suya. Cuando todo parecía que recibiría un buena reprimenda por parte de sus socios europeos durante la cumbre de la UE celebrada ayer en Bruselas, éstos -incluido el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero- censuraron con dureza las palabras de la comisaria de Justicia, Viviane Reding, que había comparado las deportaciones francesas con las persecuciones a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, y olvidaron criticar la gestión del Gobierno galo.
E incluso, pese a un agrio enfrentamiento con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso -que Sarkozy negó-, reiteró que su Ejecutivo continuará con las deportaciones.

 La desafortunada comparación que hizo Reding permitió al mandatario galo darle la vuelta al debate y acusar a la vicepresidenta de la Comisión de "injuriar, herir y humillar" a Francia.

Sarkozy, además, dejó claro que no dará marcha atrás en su política de desmantelamiento de campamentos ilegales, actuación cuya legalidad defendió, e incluso llegó a reprochar que la Unión Europea "cierre los ojos" ante las "indignas" condiciones de vida de los campamentos ilegales. "No se habla así entre socios europeos. Son declaraciones profundamente hirientes y mi deber como jefe de Estado era defender Francia", dijo Sarkozy al término de un Consejo en el que la agria polémica desatada entre París y Bruselas protagonizó el debate.

Durante el mismo, los 27 se mostraron de acuerdo en que un Estado miembro tiene el derecho y el deber de aplicar su legislación en su territorio en el marco del Estado de Derecho y que, a su vez, la Comisión tiene el derecho y el deber de hacer aplicar las directivas, entre otras la de libre circulación y no discriminación, que son en las que Reding apoya su plan de expedientar a Francia.

Además, los líderes europeos se comprometieron a discutir en profundidad en otro Consejo Europeo los problemas de integración de los gitanos. "Nadie pone en duda los derechos fundamentales, la no discriminación entre los ciudadanos, no hay divergencias de punto de vista en cuanto a la sustancia", relató al término de la reunión el presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy.

Pero el grado de consenso sobre el fondo del problema no impidió que el ambiente del almuerzo en el que se debatió el asunto se caldeara con la intervención "bastante agresiva" de Sarkozy al dirigirse a Barroso, que intentó en vano evitar que el presidente francés se centrara en las palabras de Reding y no en si las deportaciones de gitanos respetaban o no la legislación europea.

Sarkozy negó en público haber gritado a Barroso -"si hay alguien que ha conservado la calma y que se ha abstenido de comentarios excesivos soy yo", afirmó- y Barroso no quiso aclarar si hubo tal bronca con Sarkozy, como había descrito el primer ministro búlgaro, Boyko Borissov.

El presidente del Ejecutivo comunitario quiso dejar atrás su supuesto enfrentamiento con Sarkozy y reiteró que la Comisión seguirá cumpliendo su papel de guardián de los Tratados.

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