Local

Sarkozy no cede ante la huelga

El presidente de Francia "no cederá" ante las presiones y reafirmó su política social en plena jornada de protestas de transportistas y funcionarios. "Francia necesitaba reformas", dijo. Decenas de miles de franceses se manifestaron por todo el país en una jornada de huelga que no logró paralizar el país.

el 14 sep 2009 / 20:28 h.

TAGS:

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, "no cederá" ante las presiones y reafirmó su política social en plena jornada de protestas de transportistas y funcionarios. "Francia necesitaba reformas", dijo. Decenas de miles de franceses se manifestaron por todo el país en una jornada de huelga que no logró paralizar el país.

A la huelga indefinida en el transporte, que cumplió su séptimo día, se unieron, durante 24 horas, los funcionarios para pedir una mejora salarial y denunciar los recortes de efectivos. Paralelamente, la movilización estudiantil continúa contra la ley de autonomía de las universidades. El Eliseo se mostró dispar con las protestas: con los funcionarios mostró una actitud abierta, mientras que la firmeza llegó para el transporte.

Unos y otros coincidieron en las manifestaciones que en todo el país reunieron 375.000 personas -según la Policía- y cerca de 700.000 -según los sindicatos-. El Gobierno estimó el seguimiento del paro de los funcionarios en un 30,12%, una cifra que calificó de "media", y que superó en diez puntos la anterior de febrero.

La jornada afectó en particular a la enseñanza, donde el porcentaje de huelguistas variaba entre el 65% y el 58% para los sindicatos, cifras que el Ejecutivo rebajó al 40%. El paro también causó problemas, por ejemplo, en la aviación. Los aeropuertos de París acumulaban a media tarde retrasos de entre 45 y 60 minutos en los vuelos por la protestas de algunos controladores aéreos, lo que obligó incluso a anular vuelos con destino a Barcelona, Madrid, Casablanca o Niza, entre otros.

El paro de 24 horas de los funcionarios pretendía reclamar en primer lugar una compensación por la pérdida de poder adquisitivo que los sindicatos estiman en un 6% desde 2000, mientras el Gobierno niega la caída de las remuneraciones en términos reales. También denunciaban la supresión de 22.921 puestos de funcionarios en 2008 -hay 5,2 millones-, de los que la mitad están en Educación. El plan de Sarkozy es reemplazar sólo a uno de cada dos funcionarios que se jubilen en la legislatura.

En el setor del transporte, el seguimiento en la séptima jornada sucesiva de huelga contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones siguió siendo minoritario, con un 27% en la compañía de ferrocarril SNCF y un 18,4% en el transporte urbano de París. El porcentaje de huelguistas era del 20,5% en GDF y del 18,8% en EDF, siempre según las direcciones de estas empresas. A los trabajadores de estas compañías les afecta también los regímenes de pensiones para los que el Gobierno quiere alargar el periodo de cotización para equipararlos al resto de asalariados.

Firmeza gala. El presidente Sarkozy intervino públicamente en el conflicto del transporte público para manifestar su "determinación" y subrayar que "se hará" la reforma de los regímenes especiales de pensiones. Al mismo tiempo declaró que "hasta el final" estará "abierto, porque es mi deber" a la negociación. Sarkozy prometió que "no cederá y no retrocederá" ante las protestas y lanzó un mensaje a las centrales que siguen haciendo llamamientos para continuar con una movilización: "Hay que saber terminar una huelga cuando se abre el tiempo de la discusión", dijo. La Confederación General del Trabajo (CGT), verdadero motor de las movilizaciones, respondió al jefe del Estado y se comprometió a "consultar" a los trabajadores al término del proceso.

La posición del Ejecutivo fue sustancialmente distinta hacia los funcionarios, ya que el primer ministro, François Fillon, reconoció que en Francia hay "un problema de poder adquisitivo" en el que el aumento de los salarios es apenas superior al de la inflación. Fillon, en todo caso, culpó de la tendencia a la reducción de la jornada de trabajo a 35 horas semanales establecida por la izquierda cuando gobernó de 1997 a 2002, e insistió en que fue Sarkozy el que puso el acento en el poder adquisitivo.

  • 1