La aprobación del Tratado de Lisboa es uno de los principales retos a los que se enfrenta Sarkozy en la Presidencia de turno de la UE, en la que se estrena hoy. El el presidente francés hizo referencia a la crisis desatada tras el no de Irlanda al texto comunitario y dijo que "hace falta cambiar profundamente nuestra forma de construir Europa".
La andadura de Sarkozy se inicia con una Unión tocada por el rechazo de Dublín a un tratado que corre el riesgo de quedar en papel mojado, tal y como ocurrió con la Constitución comunitaria. El texto, que reformará el funcionamiento de las instituciones europeas, necesita de la aprobación de todos los estados miembros para entrar en vigor. El presidente galo reconoció, en este sentido, que tiene ante sí un semestre "difícil".
También los observadores le pronostican un duro mandato: "Será juzgado por su capacidad de salvar el tratado de Lisboa", dijo ayer Philippe Moreau-Desfarges, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales. "Si consigue que sea adoptado por todos los países menos Irlanda, ya será un éxito", añadió.
Para salir de la crisis, el presidente francés tiene un objetivo claro: perseguir, cueste lo que cueste, los procesos de ratificación del tratado de Lisboa, presionando así a los checos ?reticentes a las reformas de Lisboa? pero sin dar la impresión de aislar a Irlanda, con la esperanza de que el primer ministro irlandés, Brian Cowen, acepte organizar una nueva votación.
"Ésta es una vuelta atrás y si hay una vuelta atrás es que ha habido un error en el modo de construir Europa. Así que hace falta cambiar profundamente nuestra forma de construir Europa", dijo el líder francés. Siguiendo su estilo arrollador, Sarkozy tiene numerosos planes para la UE. Ya lo avanzó hace seis meses: "Al final de la Presidencia francesa, me gustaría que Europa tuviese una política de defensa, migratoria, energética y medioambiental".
El presidente francés anunció, por otra parte, algunas de las medidas no relacionadas con el tratado que propondrá a la Comisión Europea (CE) durante su mandato. Así, instará a reducir el IVA a un 5,5% para los productos ecológicos, como parte de los esfuerzos de Europa para avanzar en la defensa del medio ambiente. "Voy a luchar por que haya una fiscalidad limpia en Europa... Propondré que todo lo que es ecológico tenga un IVA del 5,5%", declaró en una entrevista con la cadena de televisión France 3.
En opinión de Sarkozy, no es normal que un coche limpio o un edificio respetuoso con el entorno cuesten más caros. También señaló que aunque no espera un acuerdo bajo Presidencia francesa en esta cuestión, al menos sí que la UE acepte discutir su propuesta. "El proceso será largo", advirtió. Entre los principales objetivos de Francia, Sarkozy citó alcanzar un acuerdo sobre clima y energía, para que de aquí a 2020 la UE reduzca en un 20% la emisión de gases de efecto invernadero, en un 20% el consumo de energía y aumente en un 20% las renovables.
"El planeta es un volcán y hay que actuar enseguida", indicó el dirigente galo, quien abogó por una "Europa ejemplar" que muestre el camino a EEUU, la India y China, de cara a un acuerdo internacional en el año 2009.