Cultura

Savater: "Somos más iguales de lo que los falsos folklorismos nos hacen creer"

El filósofo donostiarra clausuró el ciclo ‘Conferencias sobre la luz’ de Sevillana Endesa .

el 02 abr 2014 / 23:30 h.

TAGS:

Fernando Savater volvió a deleitar a su auditorio ayer en el acto de Fundación Sevillana Endesa. Fernando Savater volvió a deleitar a su auditorio ayer en el acto de Fundación Sevillana Endesa. Si Fernando Savater (San Sebastián, 1947) es uno de los pensadores más leídos y reconocidos del panorama actual español se debe sin duda a su considerable erudición, pero más aún a su claridad. Nunca abusa de la retórica filosófica, ni pierde de vista al lector o al oyente medio, lo que hace de sus libros y sus conferencias un estímulo para la inteligencia y una invitación al disfrute. Ayer volvió a demostrarlo como encargado de clausurar el ciclo Conferencias sobre la luz, organizado por la Fundación Sevillana Endesa en su 25 aniversario, en colaboración con la Fundación José Manuel Lara, con una disertación anunciada con el título La Luz y la Vida. En la presentación del autor, el vicepresidente de la FundaciónSevillana Endesa y catedrático de Historia de América de la Universidad Hispalense, Ramón María Serrera, habló de Savater como «un gran luchador contra el papanatismo», así como «un hombre valiente, con una enorme capacidad de trabajo y, sobre todo, con un gran compromiso social y personal». Puesto que el motivo principal de la charla era La Luz y la Vida, Savater quiso empezar recordando la importancia del siglo XVIII, también llamadoSiglo de las Luces, que se desarrolló bajo un lema contundente: Atrévete a saber. «En la Ilustración el individuo se apartó de las rutinas, hizo caer los tabúes, trató de ser razonable y escéptico, es decir, se dispuso a cuestionarlo todo». En este contexto, prosiguió Savater, fue cobrando forma «la nueva epifanía de una Atenas moderna, un movimiento del que todos, en mayor o menor medida, somos deudores», dijo el autor de títulos como Ética para Amador, La vida eterna o Despierta y lee. Pero esta forma de acercarse al mundo, agregó, «produce un extrañamiento. Nos obliga a analizar, a tomar perspectiva, a mirarlo todo desde fuera». Y así se fue llegando a la conclusión de que lo bueno en un lugar «era bueno en todas partes», pero lo malo no siempre se prestaba a la aplicación universal. «Ya en la Enciclopedia, se pone de manifiesto que la Ilustración fue un movimiento que tuvo como protagonista a la Razón y al escepticismo, y la crítica contra las grandes verdades, así como a favor de los argumentos útiles y del pragmatismo», aseveró Savater, «de modo que poco a poco fue impulsando una gran revolución. Permitió crear un nuevo sistema de vida donde el comercio, y no los militares, marcaran la dirección a seguir». Ese es el germen de la sociedad en la que vivimos, y hacia él apuntó FernandoSavater para hilar con el tema anunciado de su disertación: «La luz, que es universal, como la Ilustración, nos hace a todos individuos semejantes y define todo lo que compartimos. Nos enseña que somos más iguales que lo que los falsos folklorismos nos quieren hacer creer», recalcó. Obviamente, la trayectoria ideológica de Savater permitía relacionar estas palabras con su conocida aversión hacia los nacionalismos periféricos, que para él representan un retroceso en los valores que el Siglo de las Luces consagró. «Nos hemos ido convirtiendo en traidores de la Ilustración, porque nos hemos arrimado a falsos entusiasmo emotivistas, donde no prima la Razón, sino los sentimientos». «Ahora está de moda ser distinto», denunció el pensador, a la vez que quiso criticar «el narcisismo que da fuerza a las particularidades, a las falsas diferencias», en lugar de resaltar lo que nos une y nos permite establecer puntos de encuentro. «Las leyes son universales y la Justicia debe ser la misma para todos. Que tú seas de Murcia y yo de Santander no debe establecer un trato diferente a favor de uno ni de otro», apostilló. Cabe recordar que Savater es escritor y catedrático de Filosofía, labor que ha desarrollado en diversas universidades hasta su jubilación en 2008 en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado más de 50 obras de ensayo político, literario y filosófico, narraciones y obras de teatro, además de cientos de artículos en la prensa española y extranjera. Entre sus obras destacan La tarea del héroe (Premio Nacional de Ensayo, 1982) y las novelas El jardín de las dudas (finalista del Premio Planeta, 1993) y La hermandad de la buena suerte (Premio Planeta, 2008).

  • 1